Reinventarse: las 10 lecciones vitales que aprendí viajando en solitario

Ésta es una historia real, una historia de reinvención más allá de los miedos que nos cuenta su protagonista (Edu Serrano) con valentía y con una simplicidad que invitan al análisis de tus propias circunstancias.

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Llevas trabajando varios años en un lugar que no te motiva.
Estás haciendo algo con lo que no te sientes identificado, pero a final de mes tienes un sueldo que necesitas para pagar hipoteca y facturas.
Tienes alguna idea que te ronda la cabeza para emprender, pero no tienes claro cuál es tu talento; de hecho a veces te preguntas si tienes alguno.
No sabes si tu idea va a funcionar, por lo que prefieres quedarte donde estás.
Pero tu estilo de vida no te gusta, de hecho te quita la energía y la ilusión.
¿Cómo has llegado hasta aquí?
Sí, yo iba por ese camino cuando sólo tenía 24 años: tenía un trabajo estable que me hubiera permitido llevar una vida ‘normal’.
Por suerte me detuve a tiempo, no quería seguir el camino que marca la sociedad durante el resto de mi vida.
Quería poder decidir qué hacer con mi tiempo, no que otros lo eligieran por mí convirtiéndome en un esclavo.
Aunque sabía que necesitaba un cambio, no tenía ni idea de qué hacer, así que me tomé un (mal llamado) año sabático para aclarar mis ideas y decidí viajar en solitario por un tiempo al sudeste asiático.
Aquella decisión se convirtió en la mejor que he tomado en mi vida, ya que me permitió transformarme  personalmente y dar forma a mi proyecto.
Como ya sigues a Álvaro, conocerás su historia de reinvención. Cada día tengo más claro que todo el mundo puede cambiar de estilo de vida y reinventarse.
Sí, tú también puedes.
Durante mi viaje en solitario aprendí estas valiosas lecciones:
1 – Ábrete a nuevas ideas
Cuando trabajaba en una multinacional en Barcelona, veía cada día a las mismas personas, vivía la misma rutina y estaba rodeado de las mismas circunstancias.
La excepción eran las 4 semanas de vacaciones, en las que todo tenía que salir perfecto.
El día a día me estaba consumiendo y poco a poco entré en una espiral que no me gustaba absolutamente nada: me sentía acomodado con un sueldo y un trabajo de oficina, aunque hacía tiempo que había dejado de aprender.
En mi viaje por el sudeste asiático conocí a muchísimas personas de varios países del mundo con diferentes puntos de vista.
Al contrastar tu forma de ver la vida con la suya, te das cuenta de que cada persona tiene ideas distintas y puedes aprender de todos los puntos de vista que descubres, por muy alejados que estén de tus creencias y planteamientos.
Sobre todo, desmontas miedos como que viajar solo es peligroso o que en según que países te van a matar, etc.
Pones a tu ego en perspectiva y no tienes más remedio que aprender.
Personalmente, la idea de ser tu propio jefe con tu negocio online que te permita trabajar desde cualquier lugar del mundo me fascinó, y con el tiempo esa idea se convirtió en mi proyecto de vida.
2 – No dejes que el miedo te paralice
Nuestros antepasados tenían que lidiar cada día con grandes depredadores y huir en caso de peligro.
Actualmente no sólo no tienes esos peligros, sino que en Occidente vives entre algodones, con mucho confort a tu alrededor.
Tienes (o te han vendido) la falsa seguridad de un trabajo “estable” y un sueldo a final de mes que te permitirá comprar todo lo que necesites para vivir.
El problema en la actualidad es que estamos entrando en una nueva era, y ante cualquier cambio imprevisto somos muy vulnerables y no sabemos gestionar la incertidumbre.
Como ahora tienes todo tipo de lujos y comodidades a tu alcance, quizá no estás preparado para el cambio que supondría la reinvención profesional.
Has alimentado tus miedos hasta convertirlos en monstruos enormes.
Personalmente, me di cuenta de que la mayoría de los miedos de la vida rutinaria son totalmente irracionales.
A veces me vi obligado a gestionar situaciones problemáticas, como perderme y no tener un lugar para dormir o no tener nadie con quien hablar por la barrera del idioma.
A pesar de mi miedo, actué.
No dejes que el miedo te paralice, si no lo intentas nunca sabrás si lo hubieras conseguido.
3 – Descubre de qué eres capaz y conócete
En consonancia con el punto 2, los miedos que tienes pueden frenar tu camino hacia el autoconocimiento.
Cuando superas la parálisis de esos miedos y das un paso adelante es cuando te das cuenta realmente de tus capacidades.
Sé que duele, pero desde bien pequeñito no te han educado para ser independiente, sino para ser un empleado obediente (bueno, a ti y a todos).
Tampoco te han enseñado a desarrollar tus habilidades o a descubrir tus pasiones y talentos.
Estando solo aprendí a espabilarme, desperté mi curiosidad y aprendí inglés y a chapurrear otros idiomas para hablar con los demás, a moverme por lugares desconocidos, a gestionar visados de otros países, entre otras cosas.
Vi de lo que era capaz en las distintas situaciones que me iba encontrando y sobre todo, me di cuenta de que viajar lejos (de forma que allí tú seas el extraño) es una excelente manera de conocerte a ti mismo.
Desarrollé habilidades que tenía dormidas y descubrí mi pasión por viajar y el desarrollo personal.
4 – La actitud, ¿tu peor enemigo o tu mejor aliado?
Hay un ingrediente fundamental para conseguir lo que te propones y ya sabes cuál es.
Si de verdad quieres reinventarte debes poner de tu parte para afrontar un cambio a nivel personal.
¿Tu actitud te boicotea?
Mi viaje por Asia en solitario duró 11 meses, y sé lo que estás pensando.
No estuve siempre en playas paradisíacas, ni mucho menos.
Durante varios meses decidí invertí gran parte de mi tiempo en crear mi blog y darle forma.
Podría haber decidido abandonar mi proyecto al ver al principio, que no me leía ni Jesucristo ni obtenía los resultados deseados, pero no lo hice.
¿Por qué? Sencillamente porque creía en él.
‘Emprender viajando’, suena casi a utopía, ¿eh?
No importaba que estuviera cansado, enfermo o lo que fuera. Decidí apostar fuerte y me pasaba varias horas diarias escribiendo, incluso cuando no tenía conexión, para publicar mi artículo semanal religiosamente.
Si tienes un trabajo a tiempo completo y has descubierto tu talento, puedes dedicarte a tiempo parcial a tu proyecto.
La satisfacción de hacer algo en lo que crees y te apasiona será mayor que el cansancio de tu día de trabajo.
Y sobre todo, la actitud adecuada hará que consigas reinventarte y convertir tu proyecto en tu medio de vida tarde o temprano.
5 – No necesitas una fortuna para viajar ni para emprender
Al inicio de mi viaje tenía un buen colchón de ahorros, sabía que iba a necesitar mucho dinero, ¿o no?
Con el tiempo, me di cuenta de que eso no era cierto y además, comprendí que el dinero no es más que una herramienta de intercambio de valor.
No necesitaba comer en los restaurantes más caros ni dormir en los hoteles más lujosos. Ir a restaurantes locales y dormir en hostales me ayudó a ahorrar y así alargar mi viaje, además de vivir una experiencia más auténtica (a veces incluso dormía gratis gracias a Couchsurfing).
Entendí que emprender también es como una larga travesía y que el dinero no es tan importante para empezar algo.
Es cierto que una buena formación es muy importante, pero no hay que lanzarse al vacío, sino informarse bien antes de invertir tu dinero en algo de lo que no estás seguro.
Recuerda que ese dinero equivale a horas de tu vida, escoge bien donde lo metes.
Más que el dinero, para viajar o emprender importa más la pasión, la ilusión y las ganas que le pongas.
6 – Establece metas pero olvídate: disfruta cada paso
En la vida es importante que te propongas retos. Si no te los pones, irás como un pollo sin cabeza.
Recuerdo como si fuera ayer cuando aterricé en Bangkok, mi primer destino.
Era el lugar más exótico que había visto en mi vida, a pesar de ser una ciudad medio occidental.
Mi idea era como mínimo estar unos meses conociendo Tailandia y los países de alrededor, pero por suerte me olvidé de ello y me dejé llevar por lo que me deparaba el viaje.
Algunas cosas salieron mal: un día estuvieron a punto de atropellarme y acabé con quemaduras en un brazo y una pierna y otro día perdí mi tarjeta de crédito, estaba absolutamente perdido y sin un lugar donde dormir.
En ambos casos estuve a punto de volver, pero en lugar de frustrarme ante esos contratiempos, me tomé los obstáculos como aprendizajes, ya que logré sobreponerme a ellos.
Aprendí a valorarlos como un paso más.
Para alcanzar tus metas lo más importante es superar los malos momentos y disfrutar de cada paso que des y cada éxito conseguido.
7 – Estás aquí para cumplir tus expectativas, no las de los demás
Cuando trabajaba en la oficina, mi entorno familiar estaba feliz de que con mi edad ya tuviera un trabajo estable que me permitiera llevar la vida que la sociedad esperaba de mí.
Pero yo me preguntaba: “¿es ésta la vida que yo quiero para mí?”
La respuesta fue un rotundo no. De hecho, sentía que estaba desperdiciando mis mejores años en un lugar que no me gustaba.
No quería ser una persona mayor que, en su lecho de muerte, estuviera arrepintiéndose de no atreverse a hacer lo que quería y sin embargo, hizo lo que los demás esperaban.
Así que me fui por decisión propia, aunque mi familia y buena parte de mis amigos no lo entendieron.
Esa decisión resultó ser la mejor manera para mí de encontrar mi camino.
Si no estás satisfecho con tu estilo de vida, plantéate dejar de darle tanta importancia al qué dirán.
Es tu vida, escucha a tu voz interior porque nunca se equivoca.
8 – Lo que necesitas para vivir es relativo
En mi mochila había metido bastante ropa y todo lo que pensé que iba a necesitar, pero pronto me di cuenta de que llevaba demasiado peso.
Cuando sólo llevaba un mes, decidí enviar de vuelta a España una caja llena de ropa y otros objetos que no utilizaba.
Realmente no necesitaba tantas cosas para vivir.
Al volver a casa después de un año, me resultó increíble la cantidad de posesiones que había llegado a acumular en mi habitación.
Si no las había necesitado en los últimos 11 meses, seguramente no las necesitaría nunca más.
Decidí hacer limpieza y deshacerme de aquellas cosas inútiles.
Si te paras a pensar, teniendo tus necesidades básicas cubiertas y unos mínimos de comodidad ya deberías tener suficiente.
Seguimos siendo una sociedad materialista pero déjame preguntarte algo: ¿qué es más importante para ti? ¿tus posesiones o los momentos y experiencias vividas?
9 – Si quieres vivir de verdad, mejor sin prisa
Recuerdo cuando trabajaba en la oficina que todo iba muy rápido. Apenas disfrutaba el día a día. En menos de lo que dura un pestañeo, ya llevaba más de un año trabajando allí.
Durante las vacaciones que disponía intentaba visitar cuantos más sitios mejor y no había tiempo para gran cosa.
Además, los días de trabajo eran monótonos y sin sabor.
Estaba viajando en el tiempo, porque yo seguía igual y nada pasaba. Lo único que cambiaba era mi barriga y mi frustración (crecían las dos).
En cambio, durante este último año viajando tengo la sensación de haber vivido muchísimo y muy intensamente.
No sólo por todos los lugares que he visitado y las personas que he conocido, sino también porque he ido a mi ritmo, con el viaje y con mi proyecto.
Si tú también quieres viajar sacando el máximo partido a tu viaje, en mi eBook gratuito te doy los 10 recursos definitivos para que lleves tu desarrollo personal al siguiente nivel.
Mejor ir despacio y con paso firme, que corriendo a todas partes.
Coge aire y vive cada momento: con tus amigos tomando una cerveza, dando ese paseo, viendo esa puesta de sol o poniendo en práctica aquello que te gusta.
Haz que cada momento cuente.
10 – Deja de pensarlo, hazlo
Lo has pensado una y mil veces pero no acabas de verlo.
De hecho, le has dado tantas vueltas que te invade el estrés y te paraliza.
Es posible que tengas sueños frustrados, quizá ya ni te acuerdes de cuándo los abandonaste.
¿Cuánto te pagaron para que dejaras de soñar?

El lugar más rico del mundo no se llama Dubai, Mónaco o Liechtenstein.
Se llama cementerio, porque allí yacen ideas que no se llevaron a cabo y sueños que nunca se cumplirán.
Piensa bien hacia dónde te dirigen tus actos. Lo que piensas, sientes y haces debe estar alineado.
¿Quieres ser recordado como alguien que cumplió sus sueños o como alguien que nunca se atrevió a hacer lo que quería?
La grandeza no es algo esotérico o que sólo algunos afortunados pueden llegar a conseguir, sino que está dentro de nosotros.
Si sabes quién eres y lo que quieres hacer, entonces debes creer en ti e ir a por ello, sin excusas.
Tienes dos opciones:
1.- Seguir permitiendo que el miedo y la queja gobiernen tu vida.
2.- Pasar a la acción de una vez.
¿Cuál escoges?
Acerca de Eduard Serrano:
Apasionado de los viajes y el desarrollo personal, hace tiempo decidí cumplir mi sueño de viajar por el mundo con una mochila. El aprendizaje y la mejora constante se convirtieron en mi camino. Si quieres saber más de mí, puedes visitar mi blog: www.rutakaizen.com
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