Conciliar trabajo, hijos, pareja, deberes, obligaciones, necesidades. Realmente, ¿Se puede? La verdad es que es muy complicado, incluso a veces nos sentimos muy incapaces de poder llevarlo todo hacia adelante. Y todo ello nos pasa factura incluso a nivel físico como, por ejemplo, en forma de cefaleas, migrañas o contracturas y/o a nivel psicológico en forma de Ansiedad,Inestabilidad emocional o sentimiento de indefensión.
Pero… y qué sucede cuando todo esto se complica porque tenemos un miembro dependiente a nuestro cargo. Y es que esto sucede en algún momento de la vida, en todas las familias. En España, actualmente, hay en torno a 600.000 personas con algún tipo de dependencia.
Los casos más comunes se tratan de padres que se hacen mayores y desarrollan algún tipo de enfermedad o por propios hijos que pueden tener una enfermedad o discapacidad que le convierta en dependiente según el grado de limitación y condicionamiento que tenga.
El papel del cuidador es muy complicado. Sufre continuos sentimientos encontrados, desde el amor y la ternura o afán de protección, hasta el sentimiento de obligación, el miedo o el desgaste, muy típico en estas circunstancias. La Ansiedad, la angustia, el agotamiento físico y psicológico acompañan al cuidador. La inestabilidad emocional en ellos será una de las consecuencias directas además de la tendencia al aislamiento. La dedicación a la otra persona hará que en ocasiones llegue a olvidarse de sí mismo y de sus propios `planes.
No solo el cuidador se verá resentido, la familia también y con ella la relación entre los miembros de la familia.
Pero… y ¿quién cuida al cuidador? En la gran mayoría de las circunstancias el propio cuidador no es capaz de darse cuenta de que necesita ayuda, protección, cuidado y sobre todo orientación.
Por eso en estos casos, acudir a un profesional, en este caso, un psicólogo mediador familiar será la mejor opción para encontrar soluciones.
La Mediación Familiar tendrá todo el sentido desde el momento en el que el cuidador de esa persona dependiente y la familia en si pone en conocimiento del mediador la problemática de “su casa”, las características propias de sus circunstancias. En estos casos, el mediador no sólo será un apoyo para el cuidador y los miembros de la familia, si no que les proporcionará soluciones para las diversas problemáticas desde un contexto terapéutico.
En muchas ocasiones no tenemos estrategias de afrontamiento para según qué momento o circunstancia, no conocemos los recursos con los que podemos contar o simplemente necesitamos apoyo y guía en el proceso.
El Mediador puede ser el “vehículo” y La Mediación Familiar, “el método” ¿Por qué hacer todo esto solo, pudiéndolo hacer acompañado y con ayuda?
Autora Marta Camacho (Psicologos de Psicomaster)
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