Pubalgia

RECUPERACIÓN Y TRATAMIENTO DE PUBALGIA






ÍNDICE
1. QUÉ ES LA PUBALGIA
2. CUÁLES SON LOS SÍNTOMAS DE LA PUBALGIA
3. ANATOMIA BÁSICA DE LA ZONA PÉLVICA
4. CAUSAS DE LA PUBALGIA
5. TRATAMIENTO DE LA PUBALGIA
6. FASES DE RECUPERACIÓN DE LA PUBALGIA

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Zonas de afectación de la pubalgia


1. QUÉ ES LA PUBALGIA?


La pubalgia es un desequilibrio mecánico de la pelvis. Esta patología se caracteriza por generar un fuerte dolor en la parte pélvica anterior, específicamente en la ingle o zona abdominal baja.

 

Se trata de una lesión frecuente que afecta la movilidad y avanza progresivamente; pero existen tratamientos que pueden mejorar esta lesión.

 

En Clínica San Javier somos fisioterapeutas deportivos especializados en pubalgias. 

 

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2. CUÁLES SON LOS SÍNTOMAS DE LA PUBALGIA?


El paciente con pubalgia sufre de dolor en el pubis, en la zona inguinal o parte baja del abdomen, a veces es referido a las piernas. Al comienzo, el dolor se siente más acentuado posterior a la práctica deportiva; sin embargo, en la medida que avanza la enfermedad, comienza a sentirse mientras se desarrolla la actividad física.

 

Luego, en una fase progresiva, molesta al inicio de la práctica deportiva y, cuando es aguda la sintomatología, el dolor suele sentirse aun estando en reposo el paciente, al punto de impedir la realización de movimientos sencillos, como caminar en forma correcta o cruzar las piernas.

 

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3. ANATOMIA BÁSICA DE LA ZONA PÉLVICA


Conocer la anatomía básica de la zona pélvica, permite comprender el mecanismo lesional de la pubalgia.

El hueso sacro es el único hueso presente en la zona y se articula con dos huesos iliacos. Estos van unidos a ambos lados del sacro en la parte posterior, a través de dos articulaciones potentes llamadas sacroiliacas.

 

En la parte anterior, el sacro se cierra con la unión de los dos iliacos, a través de sus extensiones púbicas en la sínfisis púbica. Esta presenta un disco articular y, gracias a esto, es posible realizar un movimiento de cizalla propio de la biomecánica de la sínfisis.

 

Por esta anatomía, cada hueso iliaco es capaz de moverse en forma independiente, en los distintos niveles de movilidad articular. A la pelvis se adosan grandes grupos musculares conocidos como los isquiotibiales, los abdominales, los aductores, el recto anterior de cuádriceps y otros.

 

4. CAUSAS DE LA PUBALGIA


Consideramos como primera causa el desequilibrio de la pelvis, en la cual la movilidad de la esfera pélvica no se produce de forma correcta. En consecuencia, se altera la biomecánica y produce mucho dolor en la realización de movimientos sencillos y complejos.

 

El desequilibrio ocasiona que se produzca una cizalla descompensada en el movimiento de la sínfisis púbica, que engloba al resto de las circunstancias que pueden ocasionar la pubalgia.

Algunas de las causas son:

 

1. Desequilibrio muscular.

Un espasmo muscular puede desencadenar un desequilibrio, que conlleva a que otros músculos queden estirados y, por tanto, que trabajen de forma excéntrica.

 

Además, el espasmo muscular causa disfunciones de movilidad en los huesos dependiente de estos. Se trata de un descuadre que afecta a otros músculos, causando inmovilidad y dolor.

 

En el caso de la pubalgia, se altera la biomecánica de la pelvis, generalmente se encuentra en retroversión, mantenida con frecuencia por contracción de isquiotibiales y musculatura abdominal, quedando en excéntrico los músculos aductores, mostrándose tensa en estiramiento.

 

Con frecuencia se presenta en deportistas que realizan ciertos movimientos repetitivos y constantes, por las exigencias de la actividad o práctica deportiva, especialmente afecta a los futbolistas y los deportes que implican cambios de ritmo.

 

2. Falta de movilidad pélvica.

Las disfunciones del cuerpo que condicionen una mala posición de la pelvis, alteran su movilidad e incluso ocasionan falta de movilidad de esta o de la columna.

 

3. Posturas específicas de la persona.

La retroversión puede ser una consecuencia de la postura que asume cada persona. Estas pueden predisponer al desequilibrio pélvico.

 

4. Traumas en la zona pélvica.

Aunque es menos frecuente en la pubalgia, hay que prestar especial atención a los posibles microtraumatismos generados por ciertas prácticas deportivas.

 

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5. TRATAMIENTO DE LA PUBALGIA


Un buen tratamiento amerita hacer un diagnóstico preciso del caso, siendo la experiencia en esta patología fundamental con éxito la rehabilitación. Esto es necesario para saber la causa de lesión en el paciente y el posterior tratamiento más adecuado. Hay que conocer cuál es la causa que ha condicionado el desequilibrio pélvico específico.

 

Una vez que se ha determinado esto en el paciente, se puede seleccionar la técnica más adecuada para revertir esta patología y devolverle al paciente una buena biomecánica de su pelvis y, con esta, los movimientos naturales.

 

FASES DE RECUPERACIÓN DE LA PUBALGIA


Bajo nuestra experiencia, de más de 18 años en fisioterapia deportiva, podemos definir tres fases de recuperación para la pubalgia:

 

FASE 1. Antiinflamatorio.

Un tratamiento inicial durante los primeros días, puede consistir en la aplicación de antiinflamatorio local con electroterapia.
 

FASE 2. Tratamiento.

El tratamiento manual con fisioterapia es necesario para devolver la correcta movilidad al paciente. Con este tratamiento se corrigen las diferentes disfunciones que existen en la pelvis, y en toda la estructura del cuerpo que presente disfunción. Es importante la aplicación de un tratamiento integral y global más allá de la zona pélvica. En algunos casos, aparte de la fisioterapia manual, puede ser especialmente de ayuda la osteopatía, siendo el fisioterapeuta el que valore si es necesaria. 

La musculatura de la zona pélvica ha de ser reequilibrada con trabajo manual. Para el tratamiento muscular, se debe trabajar la técnica de puntos gatillos miofaciales y, dentro de esta (en casos indicados) la punción seca. Este trabajo debe ser global, para ayudar a subsanar la disfunción y mantener una adecuada movilidad articular. El trabajo se puede completar con Diatermia y la aplicación de un vendaje neuromuscular propioceptivo.

Dentro del trabajo muscular, se sigue el estiramiento de la cadena posterior. Este stretching lo centramos en el espasmo muscular presente en la retroversión pélvica. Con frecuencia es necesario el estiramiento de la musculatura isquiotibial y la abdominal.

Tonificamos la musculatura débil; es frecuente que trabajemos los aductores en el marco de este desequilibrio muscular lesional.
 

FASE 3. Modificación progresiva de la actividad deportiva o seguimiento en el embarazo.

Aconsejamos un cambio en la intensidad o la frecuencia con la que se realiza la actividad física rutinaria de nuestros pacientes, teniendo en consideración que el reposo absoluto no está indicado. Las actividades son importantes para la fisioterapia deportiva.

Aquí guiamos, acompañamos y aconsejamos a nuestras pacientes, en los cambios progresivos de la actividad física y en las adaptaciones necesarias a realizar para tolerar el período de gestación hasta el parto.

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