Muchas personas ven la meditación como algo místico, religioso, o simplemente para gente especial. Una de los principales argumentos que esgrime quien no medita es el de “No puedo dejar la mente en blanco“. Y la respuesta es, ¡claro que no! ni tú, ni nadie. Meditar no es más que dedicar unos minutos al día a ejercitar nuestra atención, intentar dirigir nuestros pensamientos y estar corrigiendo continuamente.
Pero, bueno, lo que te proponemos es que pruebes. Busca un momento en que puedas estar en tranquilidad (no hace falta un silencio sepulcral) y puedas tener una postura cómoda pero alerta. Si quieres usar el típico cojín, fenomenal. Si no, simplemente sentado en una silla se puede hacer bien. Incluso paseando tranquilamente. ¿Preparado? ¿Preparada? Pues, ¡dale al play!
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