Hoy hago 39 añazos. Yo me imaginaba muy diferente a los 39. No contaba con que mi mente y mi alma perdieran la noción del tiempo. Ahora entiendo perfectamente lo que significa que la edad la define tu actitud ante la vida, no los años que se supone que cumples.
La edad es finita, la ilusión no. Los años se esfuman, la curiosidad no. El tiempo pasa, la alegría permanece.
Aunque para mí hoy es un día de emociones encontradas, el orgullo de no perder mi esencia prevalece sobre lo demás. Quizá me imaginaba una vida diferente, pero la que tengo me gusta y me hace feliz. Posiblemente la equivocada era la chica de 18 años que soñaba con como sería la mujer de 40.
Porque al fin y al cabo lo importante es hacer las cosas que te hacen feliz, estar con quien te hace feliz y escuchar dentro de ti lo que te hace feliz.
A veces ocurre que lo que te hace feliz choca con lo que se supone que “deberías” hacer porque eres una mujer, porque ya tienes casi 40 años, porque lo hace todo el mundo… y entonces, dudas. Dudas de si “deberías” ser de otra manera, hasta que vuelves a escucharte y te reafirmas en tu actitud.
Soy una mujer cariñosa y dulce, pero nunca convencional. Odio los estereotipos que nos impone esta sociedad. Con el tiempo he aprendido a no luchar contra lo que soy. Y poco a poco, con los años, he descubierto que soy más yo con 39 que con 18.
Aunque no me haga mucha gracia cumplir años, soy consciente de que sin ellos, sin la sabiduría que me han aportado, nunca hubiera podido sentirme más joven.
Un abrazo a todos,
Olivia
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