¡Hemos salido en la tele para regocijo de nuestra pequeña parroquia! En concreto en las noticias de A3 del fin de semana.
Hace unos días nos llamaron para que les contásemos sobre los efectos del confinamiento en las personas mayores a las que atendemos.
La idea era hablar sobre algunos de los casos de las personas a las que atendemos, tanto en sus domicilios como en nuestro centro.
Esta calamidad del COVID y sus efectos colaterales, la hemos pasado -la estamos pasando- como se puede.
Ser mayor no es equivalente de fragil, de hecho, en ocasiones es al revés. Y estamos conociendo algunos casos de verdadera resistencia y organización frente a la adversidad.
Es algo, que depende de muchos factores, pero en el caso de alguna gente que estaba ya en una situación delicada -y como consecuencia del confinamiento – se ha acusado el hecho de no disfrutar del contacto social, y –en especial- de perder la rutina y el equilibrio ocupacional que les mantenía en acción, y con objetivos en el día a día. En muchas ocasiones, el miedo a retomar las salidas a la calle y el contacto social tras el confinamiento, ha tenido un impacto funcional tan grande como cualquier patología propiamente dicha.
En las rutinas es donde se integran todas las capacidades de la persona, desplegadas a travé la participación, y por consiguiente de la salud y calidad de vida. Cuanto mas desprotegida de recursos se encuentra la persona, mas relevante se hace la implantación de una rutina.
Esa ocupación, del tipo que sea, y acorde con los gustos y significados de cada uno, es algo sobre lo que estamos plenamente enfocados en MEB a través de todas las disciplinas e intervenciones, comandadas por la Terapia Ocupacional. Según entramos por la puerta de una casa eso es lo primero que revisamos. Por eso nos enfocamos tanto al trabajo en el entorno propio de la persona y su familia. Dedicaremos una próxima entrada a hablar específicamente al valor de la rutina.
Estamos contentos de haber dado una pequeña alegría a todos los que nos siguen.
¡Cuidaros! En la medida de lo posible, recuperad el contacto social y la participación.
¡Sigue viviendo!
Fuente: este post proviene de Blog Rehabilitación Neurológica, donde puedes consultar el contenido original.
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