Se trata de una enfermedad mental de la que sí saben de primera mano los familiares de quienes la padecen. Es la familia, precisamente, una pieza fundamental en el tratamiento de estos pacientes.
Es en caso de los parientes cercanos uno de los aspectos que más importancia tiene es el de la información. Cuantos más datos ciertos se pongan en conocimiento de los familiares, mayor ayuda podrán ellos mismos proporcionar a los enfermos.
La esquizofrenia no se cura pero puede controlarse
Ante todo, hay que señalar que la esquizofrenia entra dentro del espectro de las llamadas enfermedades crónicas, esto es, que no tiene una cura definitiva. Lo que sí se ha conseguido es, mediante el tratamiento adecuado, controlar sus efectos y permitir que el afectado realice una vida relativamente “normal”. Esta es, sin duda, una de las mejores noticias que pueden recibir los familiares.
4 Mentiras y mitos sobre la esquizofrenia
Se ha generalizado en el conjunto de la sociedad una imagen muy distorsionada de lo que es la esquizofrenia. A ello ha contribuido, sin duda, la forma en la que se ha utilizado en series de televisión y películas que llegan a muchas personas.
No se ha sido capaz de considerar esta visión como una herramienta puesta al servicio de la ficción y esto ha desembocado en el asentamiento de ideas erróneas respecto a la esquizofrenia:
Una persona esquizofrénica es una persona imprevisible.
Sin embargo, lo que más daño hace a estos pacientes y a sus familiares es que se identifique a las personas esquizofrénicas con la violencia. Es algo rotundamente incierto. Quienes padecen esta enfermedad tienen el mismo riesgo de adoptar actitudes violentas del que se registra entre la población “normal”. La violencia aparece en aquellos pacientes que ya mostraban esa predisposición antes de padecer esta patología o entre los que cesan bruscamente la medicación o la combinan con sustancias poco recomendables como el alcohol y las drogas, que facilitan la pérdida de control a cualquier persona.
La esquizofrenia es consecuencia de una mala educación.
Y, finalmente, sobre las causas y orígenes de esta dolencia, lejos de ser la consecuencia de una mala educación, esta enfermedad tiene un claro componente biológico.
La esquizofrenia se contagia.
Desde luego, no se puede contagiar y, sí que es cierto, que se agrava si e entorno familiar rechaza al enfermo.
Síntomas de la esquizofrenia
La detección precoz de esta enfermedad es trascendental. Las personas más cercanas pueden ser piezas esenciales, si saben identificar cuáles son los principales síntomas de esa dolencia. Entre esos rasgos están:
El ensimismamiento en ellos mismos, la desconfianza en los demás y la falta de interés por las relaciones sociales.Suelen mostrar un estado de ánimo de tristeza y desajustes en los hábitos alimentarios.También, tienen problemas de concentración y se obsesionan por cuestiones insignificantes.
Qué hacer si un familiar presenta estos síntomas.
Puede ser que estemos recibiendo señales de la esquizofrenia, por eso, ante un cuadro que presente todos o muchos de estos síntomas, lo mejor es convencer al individuo para que acuda a un especialista.
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