Buenos días!
Ante el frío que se parece que ya se aproxima en serio, ¿qué mejor que una infusión de vez en cuando para que el cuerpo nos vuelva a la normalidad después de las bajas temperaturas de la calle?
Antes de que llegaran las mezclas de tés exóticos, las infusiones que prometen el oro y el moro y los sobrecitos de Pompadour, la gente tomaba las hierbas aromáticas que tenía a su disposición y se hacía una buena taza. En mi pueblo (y supongo que en muchos otros) se seguirán tomando las típicas "herbetes" después de una comida: "Café o herbeta?"
Es muy sencillo: consiste básicamente en poner a hervir agua en una tetera apta para el fuego, apagar, poner las hierbas y dejar reposar unos 5-10 minutos. Se usa un pellizco de manzanilla, otro de tomillo y otro de hierba Luísa. Se puede poner romero, pero muy poquito porque domina mucho.
A partir de este básico, podemos ponerle un trocito de corteza de limón, hierbabuena... a nuestro gusto. Se toma sola, con miel o con azúcar, a elección.
Es muy aromática y tiene un colorcito que habla por sí solo (real, nada de photoshop).
Cuando es la temporada, se va a la montaña y se recolecta para dejar secar y tener durante todo el año (los ramilletes de la foto son un ejemplo). Hay otras hierbas que recolectar, que variarán de una zona a otra; la hierba Luísa, sin embargo, no crece en la montaña, pero por aquí es frecuente tenerla plantada en casa (aunque si la queréis comprar se encuentra fácilmente en herbolarios, y es muy buena para las dolencias digestivas).
¿Os animáis?
Besotes!