Si eres de los que disfruta más que nada del deporte, y tienes grandes dotes para ayudar a que otras personas a lograr sus objetivos, puedes orientar tu carrera profesional en este terreno.
¿Qué cualidades debe tener un monitor?
Mucha gente piensa que vale únicamente con tener una buena apariencia física, pero ser monitor deportivo implica otras muchas cosas. El monitor es el encargado de crear una clase amena y divertida que marque la diferencia. Se encarga de diseñar la clase, determinar el nivel de trabajo, la música…
Pero también debe tener amplios conocimientos sobre lesiones. Es la persona encargada de decirnos cuál es la postura correcta para evitar que nos lesionemos. Conocer las capacidades de los asistentes a la clase es también un factor importante. No cargar con un trabajo excesivo, sino elaborar un plan de entrenamiento adecuado al nivel de la clase.
Si estás pensando en desarrollar tu carrera profesional en este ámbito, debes tener grandes habilidades y conocimientos técnicos sobre diferentes deportes. Además, exige un alto nivel de compromiso. Serás la persona que motive e impulse al alumno a dar lo máximo de sí mismo. Sus errores se convierten en los tuyos.
También debes preparar una buena tabla de calentamiento y estiramiento, acorde al ejercicio realizado, para que éste sea lo más sano posible. Mucha gente desconoce la importancia del calentamiento y el estiramiento. Sin embargo, es una de las partes más importantes del entrenamiento.
La formación es un punto importante que marcará la diferencia en una entrevista. Puede gustarte mucho el deporte, pero tener unos estudios mínimos te asegurará el puesto de trabajo. Una de las opciones más solicitadas en España es el curso técnico de grado superior en Enseñanza y Animación Sociodeportiva, (antes conocido como TAFAD).
En ningún curso te enseñarán amor por el deporte, eso lo tienes que llevar innato. Pero sí aprenderás lo necesario para poder trabajar de aquello que siempre has deseado. Todos los conocimientos que hemos descrito anteriormente deben aprenderse a conciencia impartidos por profesionales.
Lógicamente, la actitud es un factor clave. Debes ser dinámico, alegre, con iniciativa y un gran comunicador. Tienes que observar todo lo que hay a tu alrededor, cómo se comportan tus alumnos y cuáles son sus puntos fuertes y débiles.
Aprender a implantar metodologías, ya sean individuales o grupales, marcará la diferencia en tu forma de relacionarte con tus alumnos. Debes estar preparado para el mercado laboral y tener las mejores habilidades posibles. Si tienes todas las habilidades y conocimientos anteriores… ¡es tu momento!
Fuente: este post proviene de Practica Vida, donde puedes consultar el contenido original.
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