¿QUÉ ES LA ENERGÍA VITAL? ¿PARA QUÉ SIRVE? ¿DE DÓNDE PROCEDE? ¿CÓMO RECONOCERLA EN TU PROPIO CUERPO?
Si quieres saber cómo funciona esta red vital invisible en ti mismo, y además, aprender a equilibrarla y fortalecerla, quédate a ver esta serie de videos que he preparado para ti.
Para el pensamiento occidental, la idea de aceptar que el cuerpo humano pudiera estar surcado por meridianos de energía, que transporten esencia vital, invisible, intangible, incomprobable para la ciencia, resulta poco menos que descabellado o como salido de una novela de ciencia ficción.
Sin embargo, culturas ancestrales como la hindú, la china, descendientes de los pueblos originarios y tantas otras, logran cautivarnos con sus métodos de conservación de la salud y longevidad, manteniendo en buen estado sus meridianos o nadis de energía.
Básicamente, nuestro cuerpo físico está motorizado por lo que comemos y que éste desintegra hasta convertirlo en energía calórica, o dicho en otras palabras, en combustible.
¿Pero, qué es lo que hace funcionar al organismo para que lleve a cabo dichas acciones?
A veces nos cuesta creer y aceptar que el comportamiento de nuestro cuerpo se deba en gran medida a la influencia de nuestras emociones, las cuales no son ni más ni menos, que energía. Una energía que tiene diferentes actitudes, cualidades, orígenes y aplicaciones.
Este comportamiento de nuestro cuerpo, que quizás nos parezca arbitrario, responde ni más menos que a la influencia de estas energías, y esto se debe a que nuestras emociones, tanto sean internas como producto de un evento externo, afectan notablemente el correcto funcionamiento de nuestros órganos.
Todo ello repercute en los así llamados meridianos de energía que pasan por dichos órganos, que los envuelven, que se involucran con ellos, que los atraviesan y que luego se extienden a lo largo de todo nuestro cuerpo, llegando incluso hasta las extremidades.
De ahí, que la Medicina Tradicional China entienda al ser humano como un Todo, una totalidad, conformado por un cuerpo físico, visible, tangible, comprobable para nuestros limitados sentidos físicos un cuerpo mental, que es el que nos interconecta con nuestro entorno, nos permite interactuar con él, nos hace vivir experiencias, comprenderlas, digerirlas, integrarlas y un cuerpo emocional, que contiene determinadas energías para cada emoción y que expresan cualidades o enseñanzas e información que nos llega de nuestros centros superiores o estratos superiores de conciencia y que sirven a la integración del ser humano con el Universo que nos rodea, siendo nosotros mismos un universo en sí.
Los meridianos pues, transportan la energía vital, aquella que alimenta cada órgano interno, comunicando al resto del organismo información primordial para su buen funcionamiento y nos ayudan también, a integrar experiencias externas para que se realice un intercambio saludable entre nuestro ser y lo que nos rodea.
Cada meridiano, de cada elemento, cumple una función muy específica, y a la vez está intrínsecamente relacionado con el resto de los meridianos. Todos se relacionan en forma de cadena, se suceden uno a otro. De hecho, donde termina un meridiano, comienza otro que es su continuo, tanto en función como en expresión de la energía, para dar expresión a cada individuo.
El maestro Shizuto Masunaga, fundador del Zen Shiatsu, ha descrito, magistralmente, el desarrollo de los distintos estadíos o ciclos por los que pasa un ser humano, a través de una simple parábola descrita como, “el ciclo vital de la ameba”. De este modo, justifica didácticamente la existencia de los meridianos energéticos, que dan vida y función a cada órgano y víscera de nuestro cuerpo.
Masunaga expresó, resumió y comparó en este paralelismo perfecto, la vida del ciclo de la ameba con la vida de cualquier ser vivo. En nuestro caso, el ser humano que es el que nos compete y que es materia de nuestro estudio porque es lo que somos, es lo que queremos comprender, en definitiva: ¿qué somos? ¿Quiénes somos? ¿De qué estamos hechos? ¿Cuál es nuestro objetivo, nuestra misión? ¿Porqué nos comportamos de determinada manera y no de otra?
Para, ello es necesario conocerse uno mismo, tener el organismo equilibrado, energética, física, mental y emocionalmente, para alcanzar una vida plena, saludable, a buen término, logrando los objetivos que nos propongamos, y siempre considerando que convivimos con un entorno de diferentes realidades, distintos puntos de vista.
Todo va cambiando, todo va fluctuando cíclicamente, a la vez que avanza en forma de espiral ascendente, en la cual absolutamente nada se debe estancar, porque sería contrario a las leyes de la vida. Lo que se estanca, se corrompe, lo que quiere cristalizarse en determinada forma de ser o estructura, termina pudriéndose y, a mediano o largo plazo, termina decayendo.
Esto se debe a que todo, absolutamente todo, si bien, lo vemos en los ciclos de las estaciones, que parecería que se repiten: la primavera vuelve al año siguiente, lo mismo que el otoño, el invierno y el verano... en realidad no vuelven de la misma forma.
Todo evoluciona, existe un constante devenir, que debe ir de la mano de una energía que fluya libremente. Si esta energía dejara de fluir, se producirían estancamientos, e incluso, involución y muerte.
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Saludos cordiales,
Mariel Alabarcez
Terapeuta Zen Shiatsu
Desarrollo Personal
CABA, Argentina
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