En los últimos años he pasado por la pérdida de personas muy cercanas y queridas, en unos casos eran personas jóvenes y aparentemente sanas que han fallecido de forma repentina, o les ha aparecido una enfermedad que rápidamente les ha llevado.
Pareciera que la sensación general de que el tiempo pasa cada vez más rápido se extendiera a todos los aspectos de la vida, incluyendo el paso de ésta a la otra.
Una amiga, médica de profesión, me comentaba que desde hace unos años las “muertes súbitas” de personas de entre 30 y 40 y pocos años ha subido de una forma extraordinaria en España, mientras que en Alemania y Suiza, países que frecuenta por trabajo, no es así.
¿A qué se puede deber, primero, estas muertes súbitas en gente joven, y en segundo lugar, la diferencia entre países? Uno de los amigos que se ha ido vivía en Inglaterra.
Como ante la muerte surgen preguntas sin respuestas, es un momento de replanteamientos de prioridades, me ha reconfortado algunas lecturas, entre ellas algunas obras del famoso médico psiquiatra Brian Weiss, autor de libros sobre vidas pasadas a través de regresiones.
Y justo he leído un artículo sobre uno de sus libros que no conocía, “Los Mensajes de los Sabios”, que me ha llevado al libro y que ha sido un placer leer, y que me gustaría compartir.
“Elegimos cuándo queremos pasar al estado físico y cuándo queremos abandonarlo. Sabemos cuándo hemos conseguido aquello a por lo que nos enviaron aquí abajo…”
Destaco algunos extractos del artículo “Sobre Vidas Pasadas: La Eliminación De Obstáculos Para La Felicidad y La Alegría. Según Brian Weiss”
EL CICLO DE LA VIDA
Cuando estamos aquí pasamos por muchas etapas. Nos despojamos de un cuerpo de recién nacido, pasamos al de un niño, del de niño al de adulto, y del de adulto al de anciano. ¿Por qué no dar un paso más y desprendemos del cuerpo adulto para pasar a un plano espiritual? Eso es precisamente lo que hacemos. Nunca dejamos de crecer. Y cuando llegamos al plano espiritual seguimos creciendo aún más. Pasamos por varias etapas de desarrollo. Cuando llegamos, estamos quemados.
Tenemos que pasar por una etapa de renovación, una de aprendizaje y una de decisión. Decidimos cuándo queremos regresar, dónde y por qué motivos. Algunos resuelven no volver. Prefieren pasar a otra etapa de desarrollo y permanecen en forma espiritual, unos más tiempo que otros, antes de regresar. Todo es crecimiento y aprendizaje, un crecimiento continúo. El cuerpo no es más que un vehículo que utilizamos mientras estamos aquí. Lo que perdura eternamente es el alma y el espíritu.
Nuestras vidas no son el resultado de actos y acontecimientos aleatorios. Las trayectorias vitales están previstas sabia y detenidamente para mejorar el aprendizaje y la evolución.
Elegimos a nuestros padres, que suelen ser almas con las que hemos interactuado en vidas anteriores. Aprendemos de niños, de adolescentes y de adultos, y evolucionamos espiritualmente a medida que nuestros cuerpos cambian. Cuando el alma abandona el cuerpo en el momento de la «muerte» física, seguimos el aprendizaje en planos superiores, que en realidad son niveles superiores de conciencia. Repasamos la vida que acabamos de abandonar, aprendemos las lecciones y preparamos la próxima existencia. El aprendizaje no termina con la muerte del cuerpo.
Existen muchos niveles de conciencia que visitamos cuando el alma abandona el cuerpo físico. Uno importante es la etapa de aprendizaje, en la que repasamos nuestras vidas. Volvemos a experimentar cada encuentro, cada relación. Sentimos las emociones de la gente a la que hemos ayudado o hecho daño, amado u odiado, afectado positiva o negativamente. Sentimos sus emociones muy profundamente, pues se trata de un recurso de aprendizaje con mucha fuerza, una especie de reacción de respuesta instantánea e intensa al comportamiento que tuvimos cuando estábamos en la Tierra, en un cuerpo físico. Aprendemos a través de las relaciones, y por eso es importante comprender cómo hemos afectado a los demás.
El concepto de la reencarnación explica y aclara las relaciones de la vida actual. A menudo resulta que hechos del pasado lejano siguen influyendo en las relaciones actuales. Darse cuenta de las causas fundamentales de vidas anteriores puede servir para arreglar la relación del presente. La conciencia y la comprensión son potentes fuerzas reparadoras.
EL PODER CURATIVO DE LA COMPRENSIÓN
Todo es amor… Todo es amor. El amor lleva a la comprensión. La comprensión lleva a la paciencia.
Y entonces se detiene el tiempo. Y todo pasa aquí y ahora.
Las regiones más profundas de nuestra mente no están sujetas a las leyes temporales normales. Sucesos del pasado remoto pueden afectamos todavía con una aguda inmediatez. Las heridas del pasado influyen en nuestro humor y en nuestra conducta como si nos las hubieran infligido ayer, y a veces su fuerza aumenta incluso con el tiempo.
La comprensión puede ayudar a cicatrizar esos traumas del pasado.
Dado que la mente más profunda no está sujeta a las condiciones habituales del tiempo y el espacio, los sucesos del pasado pueden rescribirse y reformularse. La causa y el efecto no están ligados tan inextricablemente. Los traumas pueden deshacerse y los efectos perjudiciales, invertirse. Puede darse una curación profunda, incluso cuando se interpongan grandes distancias o hayan pasado muchos años de dolor y sufrimiento.
Del mismo modo que el amor aporta una profunda curación a las relaciones, la comprensión comporta una reducción del miedo.
La comprensión abre una ventana por la que la brisa del amor se lleva suavemente las dudas y las ansiedades, refresca el alma y nutre las relaciones.
Los miedos suelen referirse a hechos que ya han sucedido, en esta misma vida o en otras muy anteriores.
Como nos hemos olvidado, proyectamos esos miedos en el futuro pero, en realidad, lo que tememos ya ha terminado, Lo único que tenemos que hacer es recordar, despertar al pasado.
Se puede leer el libro completo en el siguiente enlace:
Los Mensajes de los Sabios Otros magníficos libros de Weiss que también puedes disfrutar de su lectura son:
Muchas Vidas, Muchos Maestros Lazos de Amor A través del Tiempo Es muy hermoso lo que suelen contar las personas que han tenido experiencias cercanas a la muerte: que lo más importante que podemos hacer mientras estamos en esta vida terrena es aprender a amar.
“A medida que nos vamos haciendo conscientes de nuestra naturaleza espiritual, reconocemos nuestra auténtica esencia. Somos inmortales y divinos. Renunciar a la violencia, al odio, a la dominación, al egoísmo y a la propiedad de las personas y de las cosas es mucho más sencillo tras ese reconocimiento. Aceptar el amor, la compasión, la caridad, la esperanza, la fe y la cooperación pasa a ser lo más natural.” Brian Weiss
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