El cerebro, la neuro-plasticidad y Feldenkrais®

Todos aquellos que practican, que han practicado y “probado” el Método Feldenkrais® pueden haber descubierto que el método funciona. Pero puede que no sepan “cómo” funciona. La respuesta es simple. Para todos aquellos que tienen curiosidad, el método funciona porque el cerebro es plástico, en el sentido de que es maleable. Según brainline.org, la definición de neuroplasticidad es: “la extraordinaria capacidad del cerebro para cambiar y adaptarse. Se refiere a los cambios fisiológicos en el cerebro que ocurren como resultado de nuestras interacciones con el medio ambiente.

Desde el momento en que el cerebro comienza a desarrollarse en el útero hasta el día de nuestra muerte, las conexiones entre las células de nuestro cerebro se reorganizan en respuesta a nuestras necesidades cambiantes. Este proceso dinámico nos permite aprender y adaptarnos a diferentes experiencias”.

El cerebro, la neuroplasticidad y el Método Feldenkrais

Nuestro cerebro ha evolucionado para aprender. Éramos exploradores: nos mudamos por curiosidad a lugares desconocidos. Tuvimos que escalar, gatear, nadar, correr, rodar constantemente. Aunque las condiciones son diferentes, nuestros cerebros aún funcionan de la misma manera: constantemente aprenden y establecen conexiones.

El cuerpo y la mente son uno. No hay influencia o cambio en uno sin el otro. El sistema nervioso, que determina todos nuestros movimientos, toma constantemente información de nuestro entorno y la reorganiza. Debemos rechazar la idea de que el cerebro es como una computadora. El cerebro ha creado computadoras y así estuvo allí antes. Cuando nos movemos de cierta manera, no hay código que envíe señales para hacernos mover exactamente. Todo en nuestro entorno, así como los factores psicosociales, juegan un papel en los sistemas de entrada / salida del cerebro y, por lo tanto, influyen directamente en la forma en que nos movemos. Depende del contexto. No hay software.

Debemos olvidar la idea de que hay una forma correcta, un “código” para sentarse, estar de pie, ponerse en cuclillas y realizar cualquier función ordinaria. Dicho esto, podemos “reconectar” el cerebro. El principio fundamental que subyace a la neuroplasticidad es “si no la usa, la perderá”.

Las neuronas o sinapsis que no se conectan entre sí a través del aprendizaje y el conocimiento, desaparecen, es decir, se someten a un proceso de poda (apoptosis). ¿Qué significa esto? Lo que hacemos repetidamente se vuelve más fácil de hacer. Lo que no podemos hacer se vuelve más fácil no hacerlo. Los patrones de movimiento que están unidos repetidamente comenzarán a conectarse entre sí.

Tal vez obligaste a tu cuello a levantarse de la cama y no a los músculos del tronco (que son más adecuados para este movimiento porque son más fuertes). Si lo hace todos los días, su cuello se conecta para desempeñar el papel principal. No es un problema estructural, sino un modelo que, repetido, se vuelve habitual. ¿Siempre te cepillas los dientes con la mano derecha? Tu cerebro mejora este gesto al hacerlo. Cada vez que algo se vuelve habitual, el cerebro lo mejora al hacerlo.

La práctica del Método Feldenkrais

El escaneo corporal, como se practica en el Método Feldenkrais, es una forma poderosa de iniciar una lección de Conciencia a través del Movimiento al llevar la conciencia a partes de nosotros que pueden haberse quedado inactivas o desconectadas. La atención a nuestro movimiento es el primer paso para expandir las opciones de movimiento. Luego, cuando nos movemos, nuestro cerebro y nuestro sistema nervioso se comunican información.

Cada área del cuerpo tiene una cierta “correspondencia” en la superficie del cerebro. Cuanto más conocemos un área determinada, más control tenemos sobre ella. Despertar áreas aparentemente olvidadas comenzará a “iluminar” diferentes partes del cerebro, de modo que se puedan construir más conexiones. A medida que practicamos, el movimiento se volverá menos agotador cuando conectemos las neuronas. Para ir aún más lejos, cuando hacemos distinciones más pequeñas y sutiles entre los movimientos, los mapas obtienen aún más claridad.

¿Cómo podemos reeducarnos y querernos? Hay varias cosas que podemos hacer: movernos de una manera nueva, movernos con intención, movernos lentamente (antes de movernos rápidamente) y con poco esfuerzo. La curiosidad es la clave para tener éxito en esto.

El Método Feldenkrais® es una forma efectiva, divertida y poderosa de mejorar no solo nuestras funciones, sino que también nos permite movernos con menos dolor, incomodidad y estrés. El Dr. Feldenkrais se adelantó a su tiempo: como científico tuvo ideas y desarrolló un sistema que ahora es ampliamente respaldado por estudios científicos. El cerebro puede y se reorganiza la mayor parte del tiempo sin nuestra atención consciente. Cuanto más somos conscientes de nuestra capacidad para influir en él, especialmente a través del movimiento, más podemos guiarlo para que trabaje a nuestro favor.

Si desea obtener más información sobre la capacidad del cerebro para adaptarse, cambiar su estructura y curarse a sí mismo, sugiero leer The Brain’s Way of Healing (La forma de curación del cerebro) de Norman Doidge. El libro es una maravillosa colección de diferentes métodos, tanto orientales como occidentales, respaldados por la ciencia sobre cómo nuestro cerebro puede cambiar su estructura para mejor. Puedes hacer más: encuentra un maestro Feldenkrais en tu área y aprende cómo usar el movimiento para cambiar tu cerebro.

Libre traducción del artículo de Tyler Wall por Antonia Palmieri

Traducción del italiano por Esther Niego Palatchi

Fuente: este post proviene de Blog de Esther Niego Palatchi, donde puedes consultar el contenido original.
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