Cómo dije en el inicio de este compartir de idea del libro, los seres humanos tenemos por costumbre aprendida por la sociedad y la cultura, el no reconocer nuestros logros, desacreditarlos e incluso sentir que no merecemos que nos elogien o nos recompensen por los resultados positivos que obtenemos, mientras que para castigarnos o reprocharnos por alguna conducta “inapropiada” o por un resultado inesperado o poco satisfactorio, pareciera que estamos mandados a hacer.
Walter Riso nos dice a través de sus palabras escritas que “El autoelogio permite el fortalecimiento de la autoestima genera buenos hábitos de higiene mental y lo más importante ayuda a que la conducta auto elogiada se siga dando en el futuro (…) Máxima expresión del Yo con Yo”
En la lectura se nos presenta cuatro tipos de elogios que usamos habitualmente.
· Elogios impersonales. “Considerados signos de la buena educación y diplomacia”. Admiración a alguna pertenencia sin involucrarse un ni el dueño.
· Elogios personales. Donde se involucra parcialmente a la persona a la cuál va dirigido el elogio.
· Elogios dirigidos a ciertas características de las personas.
· Elogios dirigidos a características de las personas donde el dador del elogio se involucra.
“La auto expresión de sentimientos positivos nos hace sentir bien, sencillamente porque es agradable el buen trato”.
¿Cómo volver el auto elogio una costumbre?
Hacernos consientes de nuestras conversaciones internas, cada vez que alcanzamos un logro. “Ser consiente de cómo te tratas y de lo que te dices a ti mismo”
Está atento a los logros para auto elogiarte, al principio en voz alta para que te escuches.
Auto administrar el elogio en voz baja hasta que se vuelva pensamiento.
Ensayarlo constantemente (Usándolo sin excederse para que no pierda su efecto).
“Este diálogo encubierto al cuál solo tú puedes acceder, tiene una enorme influencia sobre tu manera de actuar y sentir”