El arte de aprender de los mejores

Hoy no tenía pensado escribirte pero ha ocurrido algo que me parece bonito compartir.

La historia empieza así; en mi blog te he hablado muchas veces de mi amigo Pepe.

Hace unos días fui a recogerle al aeropuerto tras dos años sin verle y tras ocho años desde que se fue a viajar por el mundo. Ha estado en más sitios de los que la mayoría creemos que existen y ha tenido más experiencias de los que la mayoría nos atreveríamos a soñar.

Todo eso está muy bien pero sé que a muchas personas esto no sólo no le impresiona sino que además le da pereza, vale, no era de eso de lo que te quería hablar.

Para mí lo más alucinante que aprendo de Pepe son las cosas cotidianas como la que acaba de hacer hace unos minutos.

Estamos mi madre y yo aquí frente a la chimenea y Pepe de pie, escuchando. Y en eso que mi madre dice: ¡qué chaqueta más bonita! ¿es mexicana?

Y Pepe se la quita y le dice: sí, toma, te la regalo.

No, dice mi madre, sí, dice Pepe, no, dice mi madre, etc.

Bueno pues al final mi madre se ha ido con la chaqueta bonita mexicana.

Y qué, dirás.

Pues que hace unos días estaba Verónica en mi casa y se tomó el café que preparé para ella.

Joder qué rico está, ¿de dónde es?

Se lo expliqué, saqué el paquete que estaba recién empezado porque yo estaba en un reto sin café de dos meses y le dije, toma, te lo regalo.

No, dijo ella, sí, dije yo. No, si es que además no tengo cafetera, dijo ella.

Limpié la cafetera. La sequé. Se la di. Toma, ya tienes cafetera.

No, dijo ella, sí, etc.

Bueno el caso es que Verónica se fue a su casa con un café muy caro y una cafetera que me gustaba mucho porque la había traído de mi viaje a Armenia.

Y qué, dirás.

Pues que esto que te acabo de contar es quizás una de las enseñanzas más importantes en la vida de un ser humano.

Un día, Ananda, el fiel compañero y discípulo de Buda, le dijo: Señor, qué importante es la amistad.

Y Buda respondió: no es importante, Ananda, es todo.

Y qué, volverás a decir.

Pues que esto que te acabo de contar lleva escondida también una enseñanza sobre cómo ganar mucho dinero. Cómo ser feliz. Cómo tener un cuerpo sano y fuerte. Cómo vender mejor. Cómo escribir mejor. Cómo plantar mejores alimentos. Cómo tener una mejor relación de pareja. Cómo tener mejores hábitos. Cómo ligar mejor. Cómo hacer mejor el amor. Cómo estar más en paz.

Y un infinito etc.

¿Ah sí? ¿Y qué enseñanza es esa?

Pues que eres aquello de lo que te rodeas y que si supieras la razón detrás de este hecho fli-pa-rí-as.

Bien. Bien.

El caso es que aunque yo aún no tengo casi idea de nada y no lo digo por falsa modestia sino porque es evidente que es así, voy aprendiendo y voy dando pasitos a mi ritmo en esta senda que es la vida porque, desde hace bastante años me di cuenta de que si me rodeaba de cosas brutales e inspiradoras, algo, aunque fuera una gota, se me pegaría, y que si me rodeaba de basura maloliente como las noticias que sacan 24 horas al día en la TV y que aprovecho la cuña para decirte que son falsas o están sesgadas, algo, aunque fuera una gota, se me pegaría.