Aunque es una situación que nadie desea vivir, a todos nos ha sucedido que nos avisan sobre el ingreso al hospital de una persona allegada. Tal vez se ha tratado de un accidente o un problema de salud, la cuestión es que inmediatamente deseamos visitar a nuestro pariente o amigo, interesarnos por su estado de salud y mostrarle toda nuestra cercanía y apoyo en el desafortunado momento.
Es muy común por lo tanto que el ingreso de un paciente al hospital esté acompañado por numerosas visitas que si bien constituyen un apoyo importante para el enfermo y su familia y pueden inclusive ser útiles para su pronta recuperación, también es cierto que a menudo las personas no saben como comportarse cuando se visita a alguien que se encuentra internado.
Visitar a un enfermo en el nosocomio no es como hacer una común visita de cortesía, requiere seguir una serie de pautas básicas relativas al ámbito higiénico y emocional que nos permitan demostrar un respetuoso interés por la situación y al mismo tiempo facilitar la labor del personal sanitario. Es por estos motivos que será importante tener en mente las 10 normas básicas para visitar a una persona que se encuentra en el hospital.
1. Ten a freno tus emociones: lo último que necesita el paciente o sus familiares más estrechos es tener que consolarte y darte ánimos, en teoría dar apoyo moral es una “labor” de quien visita. Así que si sabes que no podrás controlarte, será mejor que esperes afuera hasta que hayas recobrado el control y no pongas nervioso al paciente.
2. Trasformar tu visita en un interrogatorio: seguramente deseas saber la mayor información posible sobre lo sucedo, pero bombardear con decenas de preguntas a los familiares más cercanos no ayudará a nadie. Por más que deseemos conocer hasta el último detalle, algunas preguntas podrán resultar morbosas y hasta dolorosas para su destinatario. Lo mejor es ofrecer nuestro apoyo y esperar a que sean ellos que nos cuenten lo sucedido.
3. Contar historias de terror: nunca falta el visitante que, por muy grave o compleja sea la situación de la persona internada, dispensa una serie de anécdotas poco exaltantes. Noticias sobre alguien que está más enfermo, no superó exitosamente una situación similar o le fue peor que al enfermo no sirven más que para estresar al paciente y su familia más cercana. Si visitas a un enfermo intenta llevar buenas noticas, no comparar situaciones.
4. Acudir al hospital enfermo: por más urgencia que tengas de dar tú apoyo o conocer la situación, nunca debes de visitar a una persona hospitalizada si estás enfermo. Aunque se trate de un simple resfriado o un poco de tos, lo mejor es evitar tu visita y hacer una llamada informándose sobre el estado de salud del paciente e indicando que nos es imposible visitarlo.
5. Hacer visitas perenes: hay personas que, convencidos de ayudar, se plantan en el hospital por horas o días. En realidad, a menos que nuestra presencia sea requerida, lo más oportuno es limitar nuestra visita a un arco temporal reducido. Informarse sobre el estado de salud, platicar, dar apoyo, ofrecer nuestra ayuda; y luego dar a nuestro ser querido el tiempo y la privacidad necesaria para descansar y recuperarse.
6. Hablar por el paciente: sucede a menudo que cuando una persona que queremos mucho se encuentra en el hospital, intentemos subsistirnos a el o ella en la relación con doctores y enfermeras. Sin embargo, hay preguntas a las que el paciente es el único que debe de responder. Que se trate de como se siente exactamente, de su historial médico o de tomar una decisión acerca de un tratamiento; si es capaz de hacerlo el enfermo debe de hablar y decidir por sí mismo.
7. Agredir al personal del hospital: la experiencia de tener a un familiar hospitalizado suele ser estresante, pero atacar y criticar a los médicos y enfermeras no es una solución. Lo más adecuado es permitirles hacer su trabajo, darles el espacio y tiempo necesario para que puedan atender lo mejor posible al enfermo y enfocarnos en que están haciendo el bien de nuestro ser querido.
8. Comer la comida del paciente: aunque te parezca un desperdicio, si el enfermo ha dejado una parte de su ración de alimentos, no es una buena idea terminarlos en su lugar. Los hospitales monitorizan la ingesta de comida de los pacientes y si tú la terminas estarás falseando su rastreo.
9. Llevar flores o comida: aunque nos parezca una buena idea alegrar al enfermo con unas coloridas flores o su comida preferida, lo mejor es evitarlo. Las flores pueden contener esporas u hongos que pueden resultar dañinos; la comida en cambio podría estar contraindicada dependiendo de la afección del paciente o tratarse de alimentos prohibidos por ser poco saludables o digeribles.
10. Sacar ropa de cama, toallas o almohadas del hospital: los nosocomios son lugares ricos en gérmenes y las normas higiénicas de lavado del material utilizado suelen ser muy rígidas. Si nos llevamos a casa sábanas, toallas o almohadas, estamos transportando con nosotros gérmenes indeseados.
Y tú, ¿sigues estos simples consejos para visitar a un enfermo hospitalizado? ¡Te espero en el próximo post con más ideas que facilitan tu vida!