La enfermedad periodontal está constituida por un grupo de cuadros clínicos de etiología infecciosa que producen lesiones inflamatorias con una elevada capacidad destructiva local.
Existen diversos factores que inducen y favorecen la enfermedad periodontal como son los agentes irritantes locales (químicos o mecánicos), la placa dental y el sarro, los materiales porosos de restauración, desechos alimenticios y la respiración bucal.
Estos factores influyen de forma distinta en cada individuo, dependiendo de factores generales y de factores disfuncionales (traumatismos oclusales, bruxismo, malposición o ausencia de piezas y masticación unilateral). La encía responde a estos irritantes mediante una inflamación provocando una hiperemia que aporta sustancias nutritivas, leucocitos y oxígeno y que provoca cambios de color, forma y textura del tejido gingival.
El objetivo primordial del tratamiento periodontal conservador es eliminar y después prevenir la infección periodontal, manteniendo una dentición estética y funcional de acuerdo con las necesidades del paciente.
La enfermedad periodontal es una patología crónica en la que el factor predisponente individual es de suma importancia. El tratamiento puedo controlar las causas locales, pero no este factor individual.
Además, debe tenerse en cuenta que no existe relación entre la edad y la pérdida de soporte óseo si el control de la placa bacteriana es adecuado. Eso quiere decir que una vez controlada la enfermedad periodontal el soporte óseo no se perderá como consecuencia de la edad.
El éxito del tratamiento periodontal depende de que las expectativas de resultados coincidan entre el profesional y el paciente. Ello exige un diagnóstico preciso del estado periodontal y de los objetivos a conseguir. La colaboración del paciente es imprescindible, no sólo en relación a los resultados del tratamiento sino a su mantenimiento. Debe conocerse la educación dental, su postura respecto a la enfermedad, como valora la salud de su boca y su actitud respecto al futuro cuidado.
Fases del tratamiento
Fase causal o higiénica:
Es fundamental y de obligatorio cumplimiento. En ella se procede a tratar y eliminar todos los factores locales que directa o indirectamente han producido la enfermedad. Estos factores son la placa bacteriana y los cálculos supra y subgingivales, amalgamas redundantes, caries activas, prótesis inadecuadas y dientes cuya exodoncia esté indicada.
En esta fase se incluye también la enseñanza al paciente de las técnicas de higiene oral, aspecto fundamental si se pretenden mantener los resultados del tratamiento.
Puede durar tres o cuatro meses, tiempo que requieren los tejidos periodontales para responder adecuadamente a un tratamiento básico. La parte más importante de esta fase es la profilaxis periodontal que comprende una serie de procedimientos que se detallan a continuación:
Detección de placa y cálculo supra y subgingivales con soluciones reveladoras de placa y exploraciones dentales.
Instrucciones de higiene oral
Eliminación de la placa y cálculo supra y subgingivales mediante el uso de curetas y otros instrumentos complementarios, seguido del alisado radicular y pulido de los dientes.
Aplicación de fluoruros y, si es necesario, de productos que controlen la hiperestesia dentinaria.
Una vez finalizado se valoran los resultados obtenidos y, en función de éstos, se decide la conducta a seguir.
Si no existe sangrado ni bolsas al sondaje se finaliza el tratamiento activo.
Si persiste sangrado en el sondaje en bolsas superiores a 4-5mm o existen lesiones mucogingivales con compromiso estético o de mantenimiento del soporte se da paso a la etapa siguiente, la fase quirúrgica.
Fase rehabilitadora:
Esta etapa puede acontecer directamente después de la primera si no son necesarios procedimientos quirúrgicos. Consiste en proponer un tratamiento ortodóncico o protésico con el objetivo de restaurar tanto la estética como la función dentarias.
Fase de mantenimiento:
El paso a esta cuarta fase también puede realizarse directamente desde la primera si no necesita tratamiento quirúrgico ni rehabilitador. Incluye medidas preventivas para evitar o minimizar la recolonización bacteriana que podría provocar la reactivación de la enfermedad.
*Bibliografía: Cirugía Oral e Implantología.
Guillermo Raspall. Febrero 2006