El Linfoma de Hodgkin es un tipo de cáncer hematológico poco frecuente que se presenta en el sistema linfático compuesto por glóbulos blancos, los mismos que son parte del sistema inmunitario cuya función es ayudar a combatir infecciones y mejorar la circulación de líquidos en el cuerpo
El tejido linfático se encuentra en casi todo el interior del ser humano, por lo que el linfoma de Hodgkin puede iniciar en cualquier parte del mismo, originándose cuando las células comienzan a crecer sin control. Puede afectar en cualquier edad, pero es más frecuente en personas de 20 a 40 años y en mayores de 55 años de edad.
La enfermedad se desarrolla cuando las células que combaten las infecciones mutan genéticamente multiplicándose de forma rápida, provocando linfocitos anormales de gran tamaño que desplazan a las células sanas y provocan los síntomas comunes del Linfoma.
Esta patología se propaga por los vasos linfáticos de ganglio a ganglio. Ocasionalmente en etapas avanzadas, puede invadir el torrente sanguíneo y propagarse a otras partes del cuerpo tales como el hígado, pulmones o la médula ósea. Sin embargo, aparece con más frecuencia en los ganglios linfáticos de la parte superior del cuerpo.
Existen varios tipos de Linfoma de Hodgkin:
Linfoma de Hodgkin Clásico: Es el tipo más común de la enfermedad en el cual las personas diagnosticadas tienen células grandes anormales en los ganglios linfáticos. Se subdivide en 4 tipos:
Linfoma de Hodgkin con esclerosis nodular
Linfoma de Hodgkin con celularidad mixta
Linfoma de Hodgkin con agotamiento de linfocitos
Linfoma de Hodgkin rico en linfocitos
Linfoma de Hodgkin con predominio linfocítico: Es el tipo más raro de la enfermedad y representa alrededor del 5% de los casos. Por lo general se origina en los ganglios linfáticos del cuello y axilares, siendo más común en hombres que en mujeres. Los pacientes con este tipo de linfoma pueden tener una mejor posibilidad de cura cuando se diagnostica en una etapa temprana, y su tratamiento es diferente al del tipo clásico.
Los factores de riesgo a tomar en cuenta dentro de este tipo de cáncer son diferentes, pueden abarcar la edad, el género, antecedentes familiares o haber sufrido del virus Epstein-Barr que origina la mononucleosis infecciosa.
Los síntomas más frecuentes que se pueden presentar, son inflamaciones indoloras de los ganglios linfáticos del cuello, las axilas o la ingle, fatiga persistente, fiebre, sudores nocturnos y pérdida de peso inexplicable
Dentro de los tratamientos de primera línea para los pacientes que poseen esta condición se encuentran desde quimioterapias, trasplantes y anticuerpos monoclonales que han demostrado gran eficacia en la reducción de toxicidades en el cuerpo y combaten las células cancerosas, ignorando por completos las células sanas del cuerpo. Sin embargo, lo más vital para la lucha contra la patología es el diagnóstico oportuno.
De acuerdo con la doctora María Fernanda Luján, hematóloga del Hospital Carlos Andrade Marín de la ciudad de Quito, es importante recordar que las estadísticas de las tasas de supervivencia en el caso de las personas con Linfoma de Hodgkin son una estimación. En consecuencia, el pronóstico quizás no muestre los resultados de un mejor diagnóstico o tratamiento disponible durante la enfermedad, por lo que es indispensable acudir con el médico para disponer de mejor información ya que todo varía de acuerdo al subtipo y estadío del Linfoma, así como la edad, el sexo y enfermedades concomitantes que tenga el paciente.
Así mismo la Dra. Luján recomienda que las personas con esta condición hablen con frecuencia con el equipo médico para tomar decisiones informadas sobre la atención que requieren, realizar preguntas es el punto de partida para obtener más información sobre el tratamiento. Así mismo, puede ser útil pedir a un familiar o amigo que asista con el paciente a las citas para ayudarlo a comprender el contexto integral de la patología.
A causa del Linfoma de Hodgkin cada año mueren en el mundo aproximadamente 200.000 personas y son diagnosticados unos 350.000 nuevos casos, es por ello la importancia de concientizar a la sociedad sobre la prevención como factor crucial para este tipo de enfermedades crónicas y la detección temprana para un mejor pronóstico de vida.