Podemos enfocar nuestra inteligencia emocional para mejorar personal y profesionalmente, pero sin lugar a dudas, una de las formas más gratificantes de utilizarla sería para ayudar a los demás. Siguiendo estos sencillos cuatro consejos harás más feliz a tu familia y amigos:
1. Observa su comportamiento: así te será más fácil aprender a interpretar tu inteligencia emocional, necesidades y preocupaciones, y podrás darle por tanto lo que necesita en cada momento.
2. Ofrécele consejo: si notas algo malo en su comportamiento, ayúdale a ver su error.
3. Anticípate: si notas que algo va mal, que tiene algún problema, no esperes a que te lo cuente o se haga evidente, ofrécele tu apoyo y ofrécele las herramientas adecuadas para solucionarlo.
4. Hazles partícipes de tu vida: si sienten que forman parte de tu vida, se sentirán mucho mejor a tu lado.