Las infecciones del Oído externo son una patología frecuente en nuestra población infantil preescolar y escolar, la Otitis Externa (OE) tiene una incidencia del 5 al 10% y se presume que un 15% de la población entre 5 a 12 años de edad presentara un episodio de otitis.
Esta afección requiere de un temprano y adecuado manejo hasta erradicar el microorganismo causal ya que este cuadro puede variar desde molestias leves hasta una enfermedad grave potencialmente mortal, como es el caso de OE Maligna, la cual mencionaremos más adelante en este presente artículo, donde además te informaremos sobre los principales signos y síntomas de la enfermedad, cuál es su origen, como podemos prevenirla, y su principal manejo y tratamiento.
¿Qué es una Otitis Externa?
Es una infección de la piel y el tejido celular subcutáneo que recubre al conducto auditivo externo, en algunos casos puede extenderse hasta la delgada capa superficial y externa de piel de la membrana timpánica. Por lo general su origen es bacteriano y corresponden a un 90% de los casos (también llamada otitis externa difusa), aunque también pueden ser a causa de hongos y menos frecuente virus.
¿Porque Ocurre?
La colonización de microorganismos patógenos tiene lugar en el conducto auditivo externo por pérdida de la función protectora de la barrera mecánica de defensa del odio, la cual predisponga un ambiente adecuado para el crecimiento y proliferación de bacterias pertenecientes a la microflora normal de la piel del oído como lo son Staphylococcus Aureus y Pseudomona Aeruginosa, y hongos como Candida Albicans y Aspergillus Niger, ocasionando un proceso inflamatorio e infeccioso del conducto.
Otra causa puede ser por laceraciones generadas por traumatismos (mayormente por uso de hisopos) del conducto auditivo externo o una extrema limpieza de cerumen dejándolo predispuesto a proliferación y crecimiento de cualquier agente patógeno.
Factores Predisponentes
Cualquier condición que altere la función de barrera protectora del conducto auditivo externo, así como también a la microflora bacteriana normal de este, servirá como factor predisponente para el desarrollo de la enfermedad, estos pueden ser:
1) Excesos de Humedad en el conducto, como ocurre posterior a duchas, baños de piscina, en los que no se realice un correcto secado de los oídos.
2) Limpieza excesiva del cerumen.
3) Traumatismo con Hisopos y objetos punzantes.
4) Fijadores para el cabello irritantes para la piel externa del oído.
5) Gotas para los oídos sin prescripción médica que puedan alterar el pH del conducto auditivo externo.
6) Otorrea proveniente de una membrana timpánica perforada por una infección del oído medio.
7) El manejo de sondas timpánicas para el drenaje del oído medio infectado.
¿Cómo está compuesto el conducto auditivo externo y cuál es su barrera protectora?
El Oído externo está compuesto por el pabellón auricular y el conducto auditivo externo. El Pabellón auricular es la porción más externa del oído compuesta por piel muy delgada y elástica, y cartílago blando de superficie irregular. Mientras que el conducto auditivo externo comprende desde el orificio externo de la oreja hasta la membrana timpánica, se considera la entrada para las ondas vibratorias del sonido en dirección hacia el órgano vestibulococlear del oído interno, y se compone de piel compuesta por epitelio simple superficial y un tejido celular subcutaneo, en el cual encontramos glándulas sebáceas y las glándulas ceruminosas encargadas de producir el cerumen del oído.
La barrera mecánica protectora del oído externo está determinada por la integridad de la piel y el cerumen, la cual posee propiedades antibacterianas y antifúngicas gracias a lisozimas presentes en la cera del oído y a un pH levemente acido (6,1) que evita la proliferación y crecimiento de microrganismos patógenos.
Manifestaciones Clínicas
El cuadro clínico se caracteriza por comezón y dolor en el oído (otalgia), especialmente en el momento de masticar o presión al tragar. Puede existir una mínima otorrea, a menos que la causa de la otitis externa sea por una membrana timpánica perforada debido a una otitis media con abundante exudado purulento, o a través de sondas para drenaje timpánico. Puede existir hipoacusia (disminución de la audición) según el grado de edema localizado en el conducto auditivo externo.
Presentaciones clínicas de Otitis Externa
Otitis Externa Difusa
El 90% de las OE son bacterianas, es también llamada otitis del nadador y predomina la infección por Staphylococcus Aureus en 37% de los casos, mientras que Pseudomona Aeruginosa representa el 29%. En cultivos de exudados purulentos oticos se han encontrado ambas bacterias en un 18% de los pacientes afectados. Esta infección se caracteriza por un gran edema y eritema del conducto auditivo externo, la mayoría de las veces el paciente siente mucho dolor a la manipulación del oído y al introducir el otoscopio este se resiste por otalgia severa.
Otitis Externa Localizada
Esta entidad infecciosa del oído externo se asemeja a la difusa, pues los agentes bacterianos predominantes son los mismos para ambos, pero la diferencia es que esta se caracteriza por la formación de un furúnculo en el tercio externo del conducto auditivo y su origen suele ser por traumatismos con hisopos u objetos punzantes. No se evidencia otorrea.
Otitis Micotica
Esta es producida por Hongos saprofiticos oportunistas como Candida Albicans y Aspergillus Niger, son responsables del 10% de todas las infecciones del oído externo. Su principal causa suele ser por la utilización prolongada de antibióticos tópicos sobre el conducto auditivo que no son prescritos por el médico, además de una exposición constante al agua que macere el conducto y lo vuelva alcalino.
Estos hongos permanecen silentes durante días o semanas mientras proliferan desde el estrato corneo de la piel, hasta alcanzar la queratina descamada y el cerumen del conducto. En estos casos predomina el prurito y al examen físico con el otoscopio observamos tapones de cerumen con presencia de masas blanquecinas de consistencia algodonosa.
Otitis Eccematosa
Por lo general esta se asocia a procesos dermatológicos como psoriasis, lupus eritematoso, dermatitis atópica, dermatitis seborreica, dermatitis por contacto, entre otras. Se diferencia de las anteriores ya que esta entidad es poco dolorosa, el edema puede ser mínimo y la otorrea del conducto auditivo externo es escasa; en cambio predominan lesiones descamativas eritematosas y el prurito intenso.
Otra causa de otitis eccematosa son los efectos adversos de algunos antibióticos tópicos empleados para el tratamiento de otitis externa difusa. Es frecuente además que estas lesiones se extiendan al pabellón auricular. Su tratamiento está dirigido a la enfermedad dermatológica de base, evitando también el contacto con sustancias irritantes y antigénicas. También pueden utilizarse antihistamínicos orales y gotas acidificantes del conducto auditivo externo para restablecer el pH.
Otitis Externa maligna
Se caracteriza por ser una enfermedad grave y potencialmente fatal, que se extiende desde el oído externo hasta el hueso temporal, base craneal (osteomielitis) y pudiendo afectar también a pares craneales (en especial el trigémino). Por lo general ocurre en otitis crónicas no tratas, pero con mayor incidencia en pacientes diabéticos o inmunosuprimidos. En esta infección predomina la infección por Pseudomona Aeruginosa y Staphylococcus Aureus meticilino resistentes. Este cuadro se asemeja a la otitis difusa, pero en estos pacientes se asocia una cefalea occipital o temporal intensa y una otorrea purulenta abundante y mal oliente. Cuando se sospeche de otitis maligna se deben realizar pruebas como gammagrafía y tomografía axial computariza de cráneo para observar la extensión ósea de la infección, así como también se debe realizar resonancia magnética nuclear cerebral para estudiar la afectación meníngea y de partes blandas.
¿Cómo debemos tratar a la infección del oído externo?
Se deben aplicar medidas generales como evitar la manipulación del oído afectado, un correcto y cuidadoso aseo de la zona con gotas limpiadoras para oídos (se recomienda ser efectuados por el medico con materiales especializados de limpieza y aspiración) en casos de las niñas se debe emplear el uso de colas para el cabello y así evitar el roce del cabello con el oído.
El tratamiento de elección es la antibióticoterapia local con gotas para oídos, ya que la presentación tópica actúa con mayor rapidez, y se garantiza que la totalidad del antibiótico llegue a esta zona afectada. El tratamiento de primera línea consiste en ciprofloxacina en gotas al 0,3% con o sin glucocorticoide (fluocinolona o Hidrocortisona) asociado en casos de edema importante del conducto auditivo externo. Se utilizan de 2 a 3 gotas para los niños y de 4 a 6 gotas en adultos cada 8 horas durante 7 días en el oído afectado.
El tratamiento de segunda elección es con aminoglucósidos como la gentamicina, tobramicina o neomicina y antibióticos peptídicos como la polimixina B o E, asociados o no a glucocorticoides, se administran de 2 a 3 gotas para los niños y de 4 a 6 en adultos durante 7 días en el conducto auditivo externo. Estos representan los fármacos de segunda elección ya que no se recomienda la administración de estos en los casos de otitis externa secundaria a una otitis media, ya que con una membrana timpánica perforada los aminoglucósidos tienen efectos ototoxicos (en especial la neomicina). Además estos pacientes que reciben aminoglucósidos y polimixinas tienen mayor riesgo de padecer reacciones adversas como otitis eccematosa.
En algunos casos cuando existe un edema severo, que obstruya la entrada al conducto auditivo externo se recomienda la utilización de mechas de merocel; estas son una especie de esponjas diminutas que el medico puede colocar en el conducto auditivo para facilitar la difusión del antibiótico con el odio externo. También pueden usarse gotas acidificantes como el ácido acético o el alcohol boricado para disminuir el pH.
Se recomienda asociar antibióticos orales en otitis externa complicada con extensión hacia el pabellón auricular, en pacientes con riesgo de complicaciones severas como aquellos con diabetes mellitus o inmunosuprimidos y en otitis maligna instaurada. El antibiótico oral de elección es la ciprofloxacina de 20 a 30 mg/kg/día repartidos dos veces al día para niños y 500mg cada 12 horas en adultos.
Mientras que para las Otitis fúngicas se deben utilizar además de las medidas generales tratamiento con antimicóticos tópicos. Por último es importante recomendarles a las madres con hijos que padecen de otitis a repetición, no prohibir el baño en piscinas ni deportes como natación, ya que pueden utilizarse técnicas preventivas como la aplicación de 3 gotas de vinagre blanco más 3 gotas de alcohol etílico al 70% en cada oído justo antes y después de nadar en piscinas.
Te invito a leer sobre algunos diagnósticos diferenciales que debes conocer de una Otitis Externa como la Psoriasis, Lupus Eritematoso Sistemico y Dermatitis por Contacto
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