Cuando una mujer queda embarazada, se llevan a cabo múltiples revisiones de su estado de salud, monitorizando el proceso paso a paso. Pero una vez se da a luz, las preocupaciones pasar a enfocarse en el bebé y la mamá reciente puede quedar en un segundo plano.
Y es aquí, cuando pueden pasarse por alto ciertos problemas en la salud psíquica de la mujer, tales como la temida depresión postparto, que afecta a entre un 10% y un 13% de las mujeres que han dado a luz.
Factores de riesgo
Las mujeres que pueden ser más propensas a sufrir una depresión postparto, son aquellas que han sufrido episodios depresivos anteriores, ansiedad durante el embarazo o que tienen a su cargo a un familiar que sufre
un trastorno psíquico.
Es un error tratar de pensar que la situación depresión postparto va a revertirse por sí misma y estigmatizar a la mujer por sentirse en este nuevo estado, haciéndola creer que esta nueva situación le viene grande, no es una buena madre o es una persona débil.
Síntomas de la depresión postparto
Los signos más comunes son aquellos que están íntimamente ligados a la depresión:
- Sentimiento de tristeza generalizada (ganas de llorar continuas).
- Anhedonia (dificultad para poder disfrutar de lo que antes proporcionaba placer).
- Ideas suicidas y de querer desaparecer.
-Sentimientos de culpa.
-Dificultades en la memoria, la atención y la concentración.
-Trastornos del apetito y del sueño.
-Empeoramiento del estado de ánimo, según el momento del día en que se encuentre.
- El vínculo con el bebé puede verse afectado o no, dependiendo del caso, aunque por norma general, la madre ve el bebé una gran fuente de motivación, dejando de lado todo lo demás. Si el vínculo con el recién nacido se ve afectado, pues no sentirlo como propio a su hijo, rechazarlo y sentir una incapacidad de conectarse emocionalmente con el bebé.