Imagen: tamakisono/Flickr
Según la Organización Mundial de la Salud, en el 2030 habrá más de un billón de mujeres con más de 50 años. Este aumento de la esperanza de vida traerá consigo un aumento paralelo de la incidencia de enfermedades asociadas a la menopausia.
La menopausia se caracteriza por la disminución de la actividad de los ovarios y de la producción hormonal que conlleva ciertos cambios en el organismo. Sofocos, fatiga, sudor nocturno o cambios de estado de ánimo son alguno de los trastornos más conocidos. Pero también, supone una serie de problemas bucodentales.
El descenso de la producción de hormonas durante la menopausia conlleva una serie de modificaciones en las encías, la mucosa bucal y el hueso que sustenta los dientes. Estos cambios pueden hacer perder color a los dientes, alterar su forma e incluso provocar la pérdida de piezas. Además, es más frecuente la aparición de otros problemas como la sensación de ardor o sequedad en la boca.
Cuidar la higiene bucal y acudir al dentista de forma periódica son la clave para superar estos problemas bucodentales y mejorar la calidad de vida.