Procedimiento
Para someterse a una ligadura de trompas es necesario ser mayor de edad y firmar un doble consentimiento. El médico deberá realizar previamente una ent revista personal con la paciente para asegurarse de que estén resueltas todas sus dudas y conozca todos los riesgos y para conocer, además, su historial clínico. Tras este paso, se le realizará a la mujer un examen médico rutinario.
La operación puede ser realizada tanto por anestesia local como general en cualquier hospital o centro de atención médica ambulatoria autorizado. La única diferencia entre ambas opciones será que la mujer permanezca despierta durante la intervención o no. Esta decisión será tomada por el profesional médico según considere oportuno.
El doctor empezará realizando una o dos pequeñas incisiones en la zona umbulical, tras haber anestesiado la zona, por las que se va a introducir un gas (dióxido de carbono) cuyo fin es visualizar las trompas de Falopio y el útero.
A continuación el cirujano introducirá lo que se conoce como laparoscopio, que consiste en un tubo con una cámara prácticamente inapreciable que permite visualizar la zona a tratar con claridad, y los instrumentos necesarios para ligar las trompas a través de él.
Según el historial clínico y las necesidades de cada paciente el método utilizado puede variar. Unos requerirán de una pequeña incisión en cada una de las trompas y otros no, cauterizando o simplemente sellando en cada caso.
Por la sencillez de la operación no deberá sobrepasar la media hora de duración, salvo que se presente alguna complicación inesperada.
Tras la operación
El especialista recomendará a la mujer sometida a intervención que permanezca en reposo y bajo vigilancia médica en el centro hospitalario al menos durante las tres horas siguientes a la cirugía, pudiéndose ampliar según el caso.
Además, la mujer no deberá ducharse durante las 48 horas posteriores a la operación para evitar cualquier problema. Igualmente, no podrá realizar ejercicio físico durante la primera semana para garantizar un buen post-operatorio.
Como sucede generalmente tras someterse a una intervención de cirugía, existen una serie de molestias que se encuentran dentro de la normalidad y que toda mujer puede experimentar tras operarse:
Sangrado vaginal moderado.
Dolores similares a los que se experimenta durante la menstruación. La mujer podrá recurrir sin ningún tipo de problemas a analgésicos para aliviarlos.
Pérdida de líquido durante unos días.
Fiebre inferior a 38ºC. Es necesario mencionar que no deberán utilizarse ningún tipo de medicamento para intentar bajarla ya que podríamos encubrir un problema de salud serio.
Hematoma pequeño en el abdomen.
Sin embargo, existen algunos síntomas que podrían indicar que algo no ha salido bien y que deberán ser observados y tratados por un médico especialista con urgencia:
Fiebre superior a 38ºC.
Fuertes dolores abdominales.
Náuseas y vómitos.
Posibles riesgos
Del mismo modo que las molestias tras cualquier intervención son prácticamente inevitables, toda operación implica una serie de riesgos de los que el paciente debe ser conocedor y ha asumir antes de ir a quirófano. A los riesgos propios de la anestesia, como la reacción a los medicamentos o problemas respiratorios de diferente tipo, y los riesgos implícitos en cualquier cirugía (sangrado e infección), hay que sumar los comunes a la ligadura de trompas, es decir:
Existe un 0,5% de probabilidades de que el cierre de las trompas de Falopio haya sido incompleto y por tanto, pueda darse un embarazo no deseado en un futuro.
De presentarse un embarazo existe un alto riesgo de que se trate de un embarazo de tipo ectópico (o tubárico), con los riesgos que esto supone para la salud de la madre y el bebé.
Lesión de diferente gravedad en los órganos o estructuras adyacentes causada por los instrumentos quirúrgicos empleados durante la cirugía.
Datos a tener en cuenta
Existe un porcentaje, aunque mínimo, de arrepentimiento en la mujer con el paso del tiempo tras someterse a la operación. Dicho arrepentimiento aumenta con la juventud de la mujer. Por ello es importante que, si se tratase de una intervención voluntaria y no por motivos de salud, se valore concienzudamente si es realmente lo que queremos. Si existe una mínima parte de duda es mejor retrasar la operación, hay que recordar, no obstante, que la ligadura de trompas es un proceso que se considera irreversible, ya que, aunque existe una mínima posibilidad de reversión, los riesgos son muy altos y las posibilidades de éxito mínimas.
El hecho de someterse a una ligadura de trompas, no implica que desaparezca la menstruación, ya que la mujer sigue liberando un óvulo cada ciclo menstrual. Si esto sucediera, es necesario e importante hacérselo saber al médico lo más pronto posible.
El fracaso de esta intervención femenina como anticonceptivo es muy escasa, de apenas un 1%, sin embargo hay que recordar que existe. Además, es importante tener en cuenta que, aunque ayude a evitar embarazos, no protege contra las enfermedades de transmisión sexual (ETS) por lo que si no se mantienen relaciones sexuales estables es recomendable que se recurra al uso del preservativo para evitarlas.
Agradecimientos: Clínica Dalmes, Clínica Isadora, Clínica Dam y MedlinePlus.