Aunque la presión intraocular alta no es el único signo clínico en el diagnóstico de los trastornos relacionados con el glaucoma, sigue siendo uno de los más importantes. Por lo tanto, la distinción clínica entre valores fisiológicos, sospechosos y patológicos es muy importante.
Los cambios leves en los niveles de presión son normales: pueden ocurrir de una estación a otra o incluso durante el día y la noche. La variación diurna en sujetos sanos oscila entre 3 y 6 mmHg, mientras que puede aumentar en pacientes con glaucomatosis e hipertensión ocular.
Los valores de presión ocular son más altos por la mañana, especialmente inmediatamente después de despertarse y tienden a disminuir durante el día. Sin embargo, esto se aplica sólo al 80% de las personas y es un factor a tener en cuenta al tratar de encontrar los valores reales de presión ocular para un paciente en particular (sería ideal si las mediciones se realizaran en diferentes momentos del día). La presión ocular también depende del grosor de la córnea. Este último parámetro se mide en cualquier paciente para interpretar correctamente el significado de los datos medidos.
Los cambios en la presión ocular pueden ser causados por problemas anatómicos, inflamación, traumatismos o infecciones oculares, factores genéticos y el uso de ciertos medicamentos. El nivel de presión del ojo varía con los cambios en la frecuencia cardíaca o respiratoria y también puede verse afectado por el ejercicio y la ingesta de líquidos. Toser, vomitar y levantar objetos pesados también pueden causar cambios temporales en la presión ocular. El consumo de alcohol induce una reducción transitoria, mientras que la cafeína puede aumentar el nivel de presión arterial. Recientemente, este efecto también se ha encontrado entre los músicos de algunos instrumentos de viento.
Los cambios significativos y persistentes en la presión ocular, que no se tratan adecuadamente, pueden causar problemas de visión e inducir enfermedades oculares. Los valores anormales de la presión ocular generalmente no causan síntomas. Por esta razón, es importante someterse a visitas oculares regulares para detectar cambios.
Causas de los cambios en la presión ocular
Los cambios patológicos en la presión ocular pueden ser causados por:
- Producción de fluidos sobrantes o defectuosos;
- Drenaje insuficiente o incrementado;
- El uso a largo plazo de algunos medicamentos: por ejemplo, los corticosteroides utilizados para el tratamiento del asma y otras afecciones han demostrado aumentar el riesgo de hipertensión ocular en algunas personas;
- Traumatismo ocular: una lesión ocular puede afectar el equilibrio entre la producción y el drenaje de líquidos intraoculares. Algunas veces, esto puede ocurrir meses o años después de un traumatismo ocular;
- Otras enfermedades oculares: La hipertensión se ha asociado con varias otras enfermedades oculares, incluyendo el síndrome de pseudoexfoliación y el síndrome de dispersión de pigmentos. Según los investigadores, incluso las personas con espesores corneales más delgados de lo normal pueden estar expuestas a un mayor riesgo de hipertensión ocular y glaucoma.
- Cirugía ocular correctiva: Los valores medidos de la presión intraocular se ven afectados por el grosor y la rigidez corneales. Como resultado, algunas formas de cirugía refractiva (como la queratectomía fotorrefractiva) pueden dar un resultado normal cuando la presión puede ser alta.