En nuestra vida diaria muchas veces las cosas no ocurren como las esperamos, entonces aparecen la frustración, la rabia, el miedo, la culpa (ya sea hacia nosotros mismos o hacia otros)… Surgen emociones o sentimientos que hacen que aquella experiencia que estemos viviendo sea aún más compleja de transitar.
Usualmente cuando esto ocurre nos quejamos de la vida, sintiéndonos poco afortunados, derrotados en muchas ocasiones y aparece la tendencia a caer en este tipo de pensamientos repetitivos, entregándole nuestro poder a la situación.
Lo que no tenemos en cuenta, es que cada cosa que pensamos, decimos o hacemos, está cocreando nuestra experiencia de vida.
En el Universo existen varias leyes, una de ellas es la Ley de Acción – Reacción o Ley del Karma. Todo lo que estamos viviendo hoy, de alguna manera lo hemos atraído a nuestra vida.
En sánscrito Karma quiere decir acción. Lo cual significa que el Karma es el resultado de la intención de nuestras acciones. Aunque seamos conscientes o no, todo lo que hacemos, pensamos o sentimos es una acción energética lo cual genera una reacción energética.
Y cómo lograr entonces que la forma como nos relacionamos con nuestro entorno no traiga resultados indeseados?
Esto sucede a partir de la auto observación. Esta práctica nos lleva a adquirir mayor consciencia de las emociones, de las palabras que empleamos en nuestra cotidianidad, de nuestro actuar; haciendo que podamos corregir en el momento oportuno aquello que no esté vibrando con nuestra verdadera esencia, apartando el miedo para dar paso al amor.
Cuando interactuamos con todo lo que nos rodea a través del amor, estamos permitiendo que lo mejor de nosotros emerja, estamos reafirmando nuestra confianza en la vida y en el universo entero.
Recuerda que el momento de poder es el presente, porque es a partir de ahí que creas las experiencias de mañana, la próxima semana, mes o año.
Al poner nuestras mejores intenciones en el presente estaremos creando un futuro lleno de maravillosas posibilidades.
Así que basemos nuestra forma de comunicarnos, pensar y actuar en el amor y en el bienestar hacia nosotros y hacia quienes nos rodean, para vivir una vida llena de paz y felicidad.
Mis mejores deseos para todos.