Cuando tenemos hijos, una de nuestras primeras preocupaciones es ¿cómo asistir un resfriado? Pues bien, aunque se asocie con el frío, el resfriado es una enfermedad que puede padecerse en cualquier época del año y a cualquier edad. Es una de las infecciones más típicas y pocos son los que pueden presumir de no haber padecido alguno en los últimos meses.
De hecho, las estadísticas aseguran que una persona adulta padece de dos a cinco resfriados al año, cifra que oscila entre cuatro y diez para los niños. Con estos datos, "en España supondrían un total 80 millones de resfriados anuales", refleja el Estudio Nacional sobre el resfriado de Vicks. Por todo ello, hay que saber a qué nos enfrentamos y cómo prevenir y disminuir los síntomas.
Una enfermedad vírica
Cuando se sufre un resfriado, las principales áreas afectadas son la nariz, que sufre mucosidad, y la garganta, que suele irritarse y producir molestias y alteraciones en la voz. Aunque hay una serie de virus como el rinovirus o el coronavirus que destacan, este trastorno puede deberse a más de 200 virus diferentes. "Esto es lo que hace que sea imposible que exista una vacuna eficaz para protegernos de ellos", reza el informe.
Los síntomas más visibles cuando estamos resfriados suelen encuadrarse en leves molestias de las vías respiratorias superiores como la tos, dificultad para respirar por la nariz, irritación de garganta, estornudos frecuentes, ojos llorosos, disminución de la capacidad olfativa, voz ronca y, en ocasiones, puede derivar en dolor de cabeza o fiebre, sin alcanzar la gravedad de un proceso gripal. Todos estos síntomas suelen durar una media de tres o cinco días, dependiendo de la persona.
Aunque los expertos aseguran que los resfriados son mucho menos contagiosos que una gripe, hay que seguir una serie de medidas para evitar contagiar a personas de nuestro entorno si estamos resfriados. "El contagio del virus del resfriado se produce a través de gotitas de saliva que se expulsan mientras se habla, se tose o se estornuda, afectando en primer lugar a las células de las vías aéreas", aseguran los especialistas. Para evitar debemos extremar nuestra higiene y siempre taparnos bien la boca cuando estornudemos o tosamos.
¿Cómo aliviar los síntomas?
Al ser una infección provocada por un virus, no existen medicamentos que puedan hacerle frente y sólo podemos seguir unas recomendaciones básicas para intentar aminorar los síntomas y que éstos afecten en la menor medida a nuestra calidad de vida. Siguiendo esto, debe quedarnos muy claro que está totalmente desaconsejado auto medicarse y mucho menos, acudir a los antibióticos como remedio sin consultar a nuestro médico.
Se puede recurrir a la ayuda de caramelos mentolados o a sprays nasales de venta en farmacias, que ayudan a descongestionar la mucosidad nasal y a suavizar la irritación de garganta. Asimismo, los expertos sugieren hidratar bien nuestro cuerpo con la ingesta de líquidos, tanto agua como infusiones calientes y caldos. Otra solución es hacer uso de humidificadores para el ambiente, que facilitan la excreción de la mucosidad.
Por otro lado, debemos evitar el alcohol y el tabaco, seguir una dieta equilibrada y cargada de vitaminas, e intentar huir del estrés, ya que éste afecta a nuestro sistema inmunitario y puede debilitarlo y hacerlo más vulnerable. Igualmente, los especialistas aconsejan protegerse del frío y de los cambios bruscos de temperatura y salir a pasear en la medida de lo posible para activar nuestro sistema circulatorio y nuestras defensas.
Además, podemos ayudarnos de remedios caseros como hacer inhalaciones de vaho de eucalipto para despejar las fosas nasales, hacer gárgaras con agua salada para aliviar la irritación de garganta y tomar ajo, que está demostrado que ayuda a combatir los gérmenes. Por último, también podemos permitirnos un baño caliente que nos relaje al llegar a casa y que puede ser muy eficaz para despejar la nariz.