El 1 de octubre se celebra el Día Nacional de la Artritis Reumatoide. Esta es una una enfermedad inflamatoria que afecta a las articulaciones, dañándolas, y produce un intenso dolor. La patología evoluciona y provoca incapacidad, lo que conlleva la dependencia del paciente. Una situación que hasta hace pocos años era irremediable actualmente se puede evitar gracias a los tratamientos disponibles.
Alrededor de 70.000 personas con Artritis Reumatoide, un 35% del total de afectados, presentan un grado de discapacidad que les impide la actividad laboral. Los reumatólogos insisten en la importancia de una intervención temprana encaminada a maximizar la calidad de vida relacionada con la salud mediante: el control de síntomas, la prevención del daño estructural, la normalización de las actividades y la participación social.
Marisa Balado, miembro de la Coordinadora Nacional de Artritis (ConArtritis), recuerda que "actualmente la calidad de vida de una persona afectada por Artritis Reumatoide no tiene nada que ver con la de hace unas décadas, cuando te veías en una situación de peregrinaje de especialista en especialista hasta dar con lo que te ocurría y encontrabas un tratamiento".
Que esa situación no se de en la actualidad es consecuencia de dos elementos clave: la mejor información del paciente para convivir con su enfermedad y la mejora de los tratamientos disponibles. "Actualmente el paciente juega un papel más activo y quiere tomar decisiones en el manejo de la enfermedad y sus consecuencias", asegura Marisa Balado, que recuerda que "la adaptación a la enfermedad es fundamental para la mejora de la calidad de vida".
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