La gripe aviar ha hecho saltar las alarmas sanitarias de todo el mundo. La enfermedad no deja de extenderse y en Europa ya han aparecido algunos casos. El miedo a un posible contagio a humanos y la desinformación reinante han provocado que muchos consumidores desconfíen de la carne de aves a la hora de confeccionar su cesta de la compra. De hecho, el sector avícola ya comienza a sufrir las consecuencias de la lógica preocupación social. Por su parte, el Gobierno español ha iniciado una campaña informativa con el fin de tranquilizar a la población, asegurando que el consumo de aves es hoy por hoy totalmente seguro.
Según las autoridades sanitarias españolas, "la gripe aviar no se contagia por vía alimentaria". En la página web informativa que ha dispuesto el Ejecutivo (www.gripeaviar.es), se afirma rotundamente que "todas las aves de consumo en España están sometidas a rigurosos controles veterinarios y de calidad en las granjas, en las aduanas, en los mataderos y en toda la cadena de distribución hasta llegar al consumidor". Para mayor tranquilidad, el Ministerio de Sanidad informa que el virus H5N1 nunca sobreviviría a las altas temperaturas de cocción, así que la ingesta de carne de aves es cien por cien segura.
Si bien es cierto que la gripe aviar puede contagiarse excepcionalmente a personas, este extremo sólo se produce de ave a humano y, para ello, habría que mantener un contacto reiterado con los animales infectados. Por lo tanto, cualquier posibilidad de transmisión a través del consumo de aves es prácticamente nula.
Tampoco se ha dado todavía en ningún país el contagio entre personas, a pesar de que se ha registrado un caso sospechoso en Tailandia, aún sin confirmar por las autoridades sanitarias. Para que el virus pudiera transmitirse entre humanos, sería necesaria una mutación, circunstancia que no se ha producido. Todos estos datos no dejan de insistir en que la alarma es excesiva, que la situación está controlada y que comer carne de ave no comporta ningún riesgo.
La Unión Europea pide calma
El portavoz europeo de Sanidad y Consumo, Philip Tod, también ha querido insistir en que "no hay peligro de propagación del virus" de la gripe aviar por consumir pollo o huevos crudos, aunque, como siempre en estos casos, es imposible asegurar "el riesgo cero".
El representante europeo contestaba así a los rumores e informaciones que apuntaban a que la Autoridad Europea para la Seguridad Alimentaria (EFSA) tenía intención de prohibir el consumo de huevos crudos. En un comunicado posterior, la EFSA reiteraba que no existe ningún estudio que demuestre que la gripe aviar pueda contagiarse por el consumo de huevos y de aves de corral.
No obstante, comer estos productos crudos implica una serie de peligros sanitarios ya conocidos, como la salmonela, que debe prevenir la EFSA ya que entra dentro de sus competencias. De todas maneras, existen "controles veterinarios en alerta para garantizar que ningún animal enfermo entre en la cadena alimentaria", aseguró Philip Tod.
Cronología del virus
Hace ya más de 100 años que se tiene noticia de la gripe aviar. No es, por tanto, una enfermedad nueva entre las aves. Sin embargo, las primeras alarmas saltaron en 1997, cuando se detectaron los primeros casos en seres humanos en Hong Kong. De las 18 personas afectadas, seis murieron a causa del subtipo H5N1, el más peligroso, coincidiendo también con una epizootia de gripe aviar, altamente patógena. En 2003 surgió un brote de otro subtipo en los Países Bajos, el H7N7, donde se registraron 83 casos leves y un muerto.
La aparición de miles de aves muertas por la variante H5N1 en diversos países de Extremo Oriente durante 2004 ha devuelto a la comunidad internacional el miedo a una posible pandemia, sobre todo a raíz de nuevas infecciones en humanos. Según la Organización Mundial de la Salud, 124 personas han sido afectadas, de las que 67 han fallecido (42 en Vietnam, 13 en Tailandia, cuatro en Camboya, siete en Indonesia y una en China).
A mediados de 2005 aparecieron los primeros brotes en granjas rusas. La llegada a Europa fue en otoño, momento en el que las autoridades turcas y rumanas detectaron aves infectadas en su territorio. A pesar de que las fronteras están cerradas al comercio de aves con Asia, las migraciones han podido favorecer la llegada del virus a zonas aisladas del Viejo Continente.
Italia, Croacia y el Reino Unido se han unido recientemente a los mencionados países europeos donde ya se ha confirmado la presencia de H5N1, mientras que Grecia y Alemania están a la espera de analizar varios casos de aves muertas. Por su parte, en España se han intensificado los controles en granjas al aire libre y comienzan a vigilarse las aves migratorias que pasan por Doñana y el Delta del Ebro. En España no se ha producido ningún caso.