Cada vez más personas encuentran incomodidad con el calzado convencional y, de hecho, muchas veces se ven obligados a buscar otra alternativa para sus pies por motivos de prescripción médico. Pero, ¿cómo saber cuándo necesitas zapatos ortopédicos?
¿Cómo son los zapatos ortopédicos?
Los zapatos ortopedicos están diseñados para personas con afecciones podales que necesitan un calzado adecuado para corregir está condición y reducir el dolor que provoca. De hecho, es el tratamiento más recomendado por podólogos especialistas.
A diferencia de otros zapatos que obligan al pie a adaptarse al zapato, el calzado ortopédico se adapta a cada persona, lo que permite llevar una vida con total normalidad, sin dolor y sin molestias para caminar.
Los zapatos ortopédicos presentan un interior anatómico que ayudan a reducir el cansancio y el impacto que la estructura malformada del pie pueda tener sobre los tobillos, la rodilla o la cadera. Este soporte para el pie reduce considerablemente el riesgo de sufrir esguinces o molestias en el talón a la hora de caminar.
La horna más amplia impide que el pie se sienta atrapado y también posibilita el uso de plantillas ortopédicas.
¿Para qué sirve el calzado ortopédico?
Estos zapatos están muy indicados para tratar problemas de pie plano, donde el pie carece de arco longitudinal y se produce una deformidad que obliga a usar plantillas especiales en calzado convencional o a utilizar zapatos ortopédicos.
También ayudan al pie cavo, o arco plantar alto. En este caso, esta deformidad se caracteriza por presentar el arco del pie demasiado alto y provocar dolor al caminar o al estar de pie.
De manera contraria a lo que mucha gente piensa, los zapatos ortopédicos no están reñidos con el diseño y en tu zapatería de confianza seguro que puedes encontrar una gran cantidad de modelos a la moda y de aspecto juvenil.
Los zapatos ortopédicos son la mejor alternativa para cuidar nuestros pies, corregir o reducir las molestias provocadas por determinados problemas podológicos, y disminuir el cansancio que sufren nuestros pies a diario debido a nuestras actividades.