Cerca del 10% de la población adulta tiene cierta hipoacusia, hasta un tercio de los sujetos mayores de 65 años tiene este trastorno de magnitud suficiente para requerir un auxiliar auditivo. Las causas de hipoacusia puede ser resultado de trastornos en la oreja, el conducto auditivo externo, el oído medio, el interno o las vías auditivas centrales. En general, las lesiones en la oreja, el conducto auditivo externo o el oído medio causan hipoacusia de conducción, y las lesiones en el oído interno o en el octavo nervio producen hipoacusia neurosensitiva.
Causas de hipoacusia
Hipoacusia de conducción
Puede ser resultado de la obstrucción del conducto auditivo externo por cerumen, detritos y cuerpos extraños; la inflamación del recubrimiento del conducto; atresia del conducto auditivo; neoplasias; perforaciones de la membrana timpánica; interrupción de la cadena de huesecillos, como en la necrosis de la apófisis larga del yunque por traumatismo o infección; otoesclerosis, y presencia de líquido, cicatrización o neoplasias en el oído medio. La causa más probable de la hipoacusia con otorrea es otitis media o colesteatoma. El colesteatoma, o sea el epitelio escamoso estratificado en el oído medio o la mastoides, es una lesión benigna de crecimiento lento que destruye el hueso y el tejido normal del oído. Un oído con secreción crónica que no responde al tratamiento antibiótico adecuado sugiere colesteatoma; es necesaria la intervención quirúrgica.
La causas de hipoacusia de conducción con hallazgos normales en el conducto auditivo externo y membrana timpánica intacta sugiere alteración de la cadena de huesecillos. La fijación del estribo por otoesclerosis es causa frecuente de hipoacusia de conducción de frecuencias bajas; comienza entre el final de la adolescencia y el quinto decenio de edad. En las mujeres, la hipoacusia a menudo se detecta por primera vez durante el embarazo. Un auxiliar auditivo o la estapedectomía quirúrgica permiten la rehabilitación auditiva. La disfunción de la trompa de Eustaquio es frecuente y predispone a otitis media aguda
(acute otitis media, AOM) y otitis media serosa (serous otitis media, SOM). El traumatismo, la AOM o la otitis media crónica son los factores que suelen causar perforación de la membrana timpánica. Aunque las perforaciones pequeñas a menudo cicatrizan en forma espontánea, los defectos más grandes casi siempre requieren timpanoplastia quirúrgica (eficacia >90%). Por lo general, la otoscopia es suficiente para diagnosticar AOM, SOM, otitis media crónica, tapón de cerumen, perforación timpánica y disfunción de la trompa de Eustaquio.
Hipoacusia neurosensitiva
El daño a las células vellosas del órgano de Corti puede ser resultado del ruido intenso, infecciones víricas, fármacos ototóxicos (p. ej., salicilatos, quinina y sus análogos, antibióticos aminoglucósidos, diuréticos como furosemida y ácido etacrínico, o antineoplásicos, como cisplatino), fracturas del hueso temporal, otoesclerosis coclear, enfermedad de Ménière y envejecimiento. Las malformaciones congénitas del oído interno pueden causar hipoacusia en algunos adultos. Otras causas posibles son la predisposición genética sola o junto con influencias ambientales.
La presbiacusia
(las causas de Hipoacusia relacionada con la edad) es la causa más frecuente de hipoacusia neurosensitiva en adultos. En sus primeras etapas es típica la hipoacusia simétrica a las frecuencias altas; conforme ésta progresa, a hipoacusia afecta a todas las frecuencias. El daño auditivo se relaciona con pérdida de la claridad. Los auxiliares auditivos brindan rehabilitación limitada; los implantes cocleares son el tratamiento de elección en los casos graves.
La enfermedad de Ménière
Otras de las causas de hipoacusia mas frecuente, Se caracteriza por vértigo episódico, hipoacusia neurosensitiva fluctuante, acúfenos y sensación de plenitud auricular. Se produce por el aumento en la presión de la endolinfa por disfunción del saco endolinfático. Casi siempre hay daño auditivo neurosensitivo unilateral a las frecuencias bajas. Debe obtenerse una MRI para descartar alteraciones retrococleares, como un tumor en el ángulo cerebelopontino o un trastorno desmielinizante.
El tratamiento orientado al control del vértigo; una alimentación con poca sal (2 g/d), diuréticos, un curso corto de glucocorticoides y la gentamicina intratimpánica son útiles. En casos que no responden, la descompresión del saco endolinfático, la laberintectomía y la sección del nervio vestibular eliminan el vértigo rotatorio. No hay un tratamiento eficaz para la hipoacusia, los acúfenos o la sensación de plenitud auricular.
Los schwannomas vestibulares
Se manifiestan con daño auditivo asimétrico, acúfenos, desequilibrio (rara vez vértigo); los tumores más grandes pueden acompañarse de neuropatía craneal (del trigémino o el facial).
La hipoacusia neurosensitiva también puede ser consecuencia de cualquier trastorno neoplásico, vascular, desmielinizante, infeccioso (incluido VIH), degenerativo o traumático que afecte las vías auditivas centrales.
Acúfenos
Se define como la percepción de un sonido cuando no existe tal sonido en el ambiente. Puede ser un zumbido, rugido o campanilleo, y puede ser pulsátil (sincrónico con el latido cardíaco). Los acúfenos a menudo se relacionan con hipoacusia de conducción o neurosensitiva y es posible que sea el primer síntoma de un trastorno grave, como un schwannoma vestibular. Los acúfenos pulsátiles requieren valoración del sistema vascular de la cabeza para descartar tumores vasculares, como los tumores del glomo yugular, aneurismas, fistulas arteriovenosas y lesiones arteriales estenóticas; también surgen en la otitis media serosa.
Los auxiliares auditivos han mejorado, ahora brindan mayor fidelidad y se han miniaturizado tanto que pueden colocarse enteros dentro del conducto auditivo, lo que reduce el estigma relacionado con su uso. Los auxiliares auditivos digitalizados se programan individualmente, y los micrófonos múltiples y direccionales en el oído pueden ser útiles en ambientes ruidosos.
Si el auxiliar auditivo no aporta una rehabilitación adecuada, los implantes cocleares pueden ser eficaces. El tratamiento de los acúfenos plantea algunos problemas. Es posible aliviarlos si se enmascaran con un ruido de fondo. Los auxiliares auditivos también son útiles para suprimirlos, al igual que los ocultadores, dispositivos que presentan un sonido al oído afectado que es más placentero de oír que los acúfenos. Los antidepresivos también brindan cierto beneficio. Los individuos con problemas auditivos a menudo se benefician con la reducción del ruido innecesario para mejorar la proporción entre señal y ruido. La lectura de labios ayuda a la comprensión del habla; el rostro de la persona que habla debe estar bien iluminado y verse con facilidad.
Prevención
Las hipoacusias de conducción pueden prevenirse con el tratamiento antibiótico de las causas de hipoacusia inmediato para la otitis media aguda y con la ventilación del oído medio mediante tubos de timpanostomía en caso de derrames del oído medio que duren 12 semanas o más. La pérdida de la función vestibular y la sordera por antibióticos aminoglucósidos puede prevenirse con la vigilancia de la concentración sérica máxima y mínima. Diez millones de estadounidenses tienen hipoacusia causada por ruido, y 20 millones están expuestos a ruido peligroso en su ambiente laboral. La hipoacusia inducida por ruido puede prevenirse si se evita la exposición a sonido intenso o se usan en forma regular tapones para los oídos u orejeras llenas de líquido para ate
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