Hace años, en alguna de las clases de la universidad que no consigo recordar, el profesor o profesora comentó que las personas somos unidades bio-psico-sociales. Que las tres áreas nos conforman y que están en constante interacción. Así, lo que pasa en una afecta (de forma positiva o negativa) a las demás.
Esa idea resonó de alguna manera en mí, y siempre he pensado que nuestro desarrollo debía ser integral (también llamado holístico), aunque entonces no profundicé mucho más en este tema. Sin embargo, parece que todo tiene su momento y su porqué, y es ahora cuando esta visión integral de las personas se ha hecho más presente en mi día a día.
Cada vez veo más clara esta relación cuerpo-mente-entorno. Y cada vez soy más consciente (por mi propia experiencia), de que el adecuado equilibrio entre ellas es lo que nos garantiza una buena calidad de vida, en términos de salud y bienestar.
Desde mi profesión, considero que el aprendizaje y el desarrollo de las personas mejora cuando cuerpo, mente y entorno están en un equilibrio óptimo. Que para que una persona se desarrolle y aprenda bien necesita algo más que motivación y prestar atención. Necesita también buen descanso, un entorno favorable, una alimentación equilibrada, una gestión emocional adecuada… Pero claro, las cosas siempre se ven más fácil cuando miras hacia afuera que cuando miras hacia adentro.
Además, también es cierto que tal vez porque mi formación ha estado más centrada en la mente (y los procesos de ésta para el desarrollo y el aprendizaje), o quizás porque la parte biológica siempre me ha parecido demasiado “de ciencias” y yo “soy de letras”, el caso es que de forma inconsciente siempre he apostado un poquito más por lo que al desarrollo mental se refiere.
Y esto -aunque no haya sido intencionado- ha marcado mi evolución personal y profesional. Sin duda, en mi crecimiento he tendido a apostar más por el desarrollo mental, y en buena medida también social, dejando un poco más de lado la parte más fisiológica. Pensaba que con una mente bien equilibrada lo demás vendría (casi) solo. Así que con más frecuencia de la que me gustaría reconocer, el área social en cierta medida y sobre todo la biológica, las he dejado en segundo plano.
Ahora soy consciente de mi error.
Porque así es como llegué a un desequilibrio físico bastante importante, con síntomas continuos de cansancio, desmotivación, infecciones, estrés y problemas digestivos, que fueron dando lugar a toda una serie de desequilibrios también en mi relación con mi entorno y a nivel psicológico. El resultado: unos años realmente duros, a pesar de mis esfuerzos por lograr mejoría, con la mente como herramienta básica -claro está- y dejando en un plano secundario las otras dos áreas.
En la medicina convencional (occidental, moderna, alopática o como cada uno prefiera llamarla) no encontré nada que me explicase los motivos ni mejorase realmente mi estado físico, se limitaba a darme opciones para tratar el malestar, pero sin profundizar en las causas. Y la verdad es que eso no me convencía. Así que después de años luchando contra algo sin saber muy bien qué ni cómo ni por qué, empecé a buscar información, a leer sobre diversos temas, a experimentar conmigo misma, a hacer cursos, a interesarme más en profundidad por el desarrollo y el bienestar integral de las personas… En definitiva, decidí dedicar más tiempo a conocerme y cuidarme. Y finalmente me lancé a probar con la medicina natural.
Y tanto en mis lecturas y mi formación, como en mis visitas al naturópata ha sido donde he encontrado muchas explicaciones y donde estoy viendo realmente mejorías. Y, sobre todo, donde he tomado conciencia -en propia carne- de la importancia del equilibrio cuerpo-mente-entorno (o bio-psico-social, como se prefiera). Donde me he dado cuando realmente de que cada una de las áreas debe tratarse con igual cuidado y tenerse en cuenta con la misma prioridad. Donde he adquirido el compromiso de cuidarme, de forma integral.
Y puesto que este proyecto crece y se desarrolla conmigo, por eso he decidido reorganizar la información de “mi vida sencilla” para ubicarla bajo estas tres áreas o temáticas. Cada publicación está organizada en torno a una de estas categorías, y mi propósito es ir aportando ideas, materiales, información, aprendizajes, reflexiones y curiosidades en cada uno de los ámbitos. Siempre desde mi punto de vista y experiencia, cómo hasta ahora. De ahí también el cambio de imagen del blog, para poder tener un menú más intuitivo, clasificar mejor el contenido y poder acceder a la información de forma más cómoda.
Ojalá te resulte útil y te venga bien. Porque cada día tengo más claro que, para vivir bonito, lento y sostenible (en todos los aspectos), el equilibrio cuerpo-mente-entorno es fundamental.
Un abrazo // Rut
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