Esta enfermedad encuentra su causa en la obstrucción de la luz del apéndice, situado junto a la parte inicial del intestino grueso. Dicha obstrucción suele producirse por la presencia de restos de formaciones fecales, parásitos, cuerpos extraños o tumores, entre otros motivos.
Sus síntomas son muy claros, el más característico es un dolor abdominal persistente de una duración aproximada de cuatro horas, que desciende desde la boca del estómago hasta la parte inferior derecha del abdomen. Gracias a este síntoma tan claro, esta patología puede diagnosticarse mediante una exploración manual, apoyada en los resultados de un análisis de sangre que debe mostrar una infección.
En estos casos, es importante llevar a cabo una cirugía lo más temprano posible y extirpar el apéndice para que no se perfore, provocando una peritonitis como consecuencia de la expansión de la infección. Estas intervenciones se llevan a cabo mediante una técnica laparoscópica (se introduce un sistema óptico que permite realizar la extirpación del órgano con incisiones mínimas), por lo que no deja cicatrices y se reducen al mínimo las molestias del postoperatorio.
¿Has tenido o conoces a alguien que haya tenido apendicitis? Cuéntanos la experiencia.
Fuente: OKS Salud