El Quiste Pilonidal es un desorden descrito en 1833 por Herbert Mayo como un quiste lleno de pelo en el coxis (pero fue nombrada así en 1880). En la segunda guerra mundial se hospitalizaron 70mil soldados por esta causa, por lo cual es llamada también la enfermedad de los soldados en jeep. Existen multiples teorías para explicar su origen, las mas aceptadas son la de la predisposición genética que fue formulada después que Patey y Scarff en 1946 describieran la enfermedad como un remanente del canal medular, actualmente está en desuso. La teoría de la enfermedad ocupacional la describe como un padecimiento adquirido con predisposición ocupacional, ya que es muy rara en niños y se presenta mas frecuentemente en masculinos con gran cantidad de folículos pilosos, y esta teoría tuvo sus inicios después que tantos soldados la padecieran. Esta defiende que la inclusión de pelo debido al movimiento de los glúteos sobre el sacro, pueden dar origen a la formación del quiste. Su importancia radica en que causa ausentismo laboral y escolar, disminuyendo el rendimiento de quienes lo padecen y generando costos a nivel hospitalario en caso de que lleguen a infectarse de manera importante.
6 Curiosidades acerca de el quiste pilonidal útiles de conocer:
1.- Los factores que predisponen su aparición son la obesidad, el sedentarismo, el hirsutismo (cantidad de vello exagerado, originado por factores genéticos, endocrinos principalmente, bien sea por mal funcionamiento ovárico en caso de las mujeres y suprarrenal en ambos géneros), historia familiar, traumatismo e irritación local frecuente. En la actualidad mas de 100 estudios realizados desde el año 1900 relacionan su aparición con el carcinoma en la región del seno (del quiste pilonidal) en un 0,1%.
2.- Quien es diagnosticado con esta patología, generalmente ha cursado con ella sin haberlo advertido, pero posterior a ciertos estímulos, la mayoría de las veces mecánicos (como golpes, traumatismos continuados, entre otros), se asocian inflamación y eventualmente infección del área. Eventualmente puede observarse salida de material purulento y fétido del sitio afectado, obviamente esto causará dolor mientras no se resuelva.
3.- Es probable que quien acude a la consulta médica por esta causa, lo hace por presentar un primer episodio de dolor o inflamación, pero también puede referir una evolución mas larga de la enfermedad, y describe la aparición de los síntomas característicos de manera intermitente, resueltos espontaneamente o gracias a la automedicación. En cualquier caso, para eliminar los síntomas, se debe realizar la extracción de la formación pilonidal, para evitar su reaparición.
4.- Es más frecuente en hombres, en una proporción de 3 hombres por cada fémina afectada. Aparece en 25 de cada 100000 habitantes, y es muy raro en poblaciones asiáticas y afrodescendientes. Se observa en la línea media, 5 a 7 centímetros por encima del ano, una pequeña protuberancia desde la cual emergen algunos vellos a través de un orificio, los mismos se pueden retirar con facilidad.
5.- Su tratamiento médico está basado en el control del vello a través de la depilación, así como en la mejoría de los hábitos higiénicos del paciente. El uso de antibióticos esta reservado para aquellos casos en donde se evidencie infección sobre esta formación, previa toma de muestra para cultivo y antibiograma de cualquier secreción que provenga del área afectada. En caso necesario debe realizarse el curetaje de la zona y de los residuos de pelo en el seno del quiste pilonidal, posterior a lo cual se puede inyectar alcohol al 80%, aunque esta técnica no cuenta con estudios que demuestren su efectividad. El tratamiento quirúrgico inicial consiste en la incisión y drenaje del absceso cuando existe, y esto se considera eficaz hasta en el 60% de los casos, sin recidivas.
6.- En caso de no existir un proceso infeccioso agregado y diagnosticarse de manera casual la existencia de una tumoración a nivel coccigeo, que corresponda a un quiste pilonidal, o posterior a resolver la infección e inflamación, se debe proceder a extraer de manera quirúrgica. El sitio recomendado para realizar la incisión con esta finalidad es lejos de la línea media, al menos un centímetro lateral a la misma. Que sobrepase los bordes superior e inferior del absceso para drenar de manera adecuada. Esta incisión ha demostrado mejor porcentaje de cicatrización en comparación con las realizadas sobre la línea media. Se reconoce que debe realizarse la resección del mismo, con cierre primario de la herida, marsupialización, o manejar de la herida en forma abierta sin marsupialización. Se ha usado el sistema de cierre de herida con presión negativa (VAC) para lograr una cicatrización más rápida. El abordaje fuera de la línea media destacan las técnicas conocidas como BASCOM I y II, así como la de los colgajos que intentan cerrar de forma primaria el defecto de piel resultante. A veces es necesario hacer un colgajo a partir del músculo glúteo mayor (en caso de ser muy grande la lesión).
La marsupialización es un procedimiento a través del cual se drena el contenido de una lesión tumoral, generalmente quística, y se lleva a cabo realizando una incisión sobre las paredes del mismo, para hacer posible el vaciamiento de su contenido, y que quede una bolsa similar a la de los marsupiales, posterior a lo cual se cierra la herida con un taponamiento para que se forme tejido de granulación y se cicatrice la lesión. En algunas ocasiones pueden originarse varios trayectos fistulosos a partir del quiste pilonidal, lo cual puede complicar su evolución, aún después de su resección quirúrgica.
El quiste pilonidal puede ser muy doloroso, y en caso de no ser diagnosticado y tratado, puede presentarse recurrentemente la complicación infecciosa e inflamatoria que llevará al paciente a la consulta médica. Esto sucederá hasta que sea retirado el seno que sirve de reservorio al pelo, y consecuentemente es sustrato de la enfermedad. Puede confundirse con un absceso simple del área coccígea, y por ello no se realiza el seguimiento adecuado para el caso, retrasando así la resolución adecuada. Es conveniente que ante la posibilidad de padecerlo, se acuda a un Cirujano General que ayude a descartar o no este diagnostico, y en base a un adecuado exámen físico e interrogatorio, establezca la conducta adecuada a seguir para disminuir sus síntomas. Son relativamente poco comunes quienes pueden decir que han sufrido de esta enfermedad, pero si eres uno de los casos, nos gustaría conocer de tu experiencia, pues estamos seguro nos enriquecerá.
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