El estrés al que estamos sometidos con este bache económico, el desempleo y el ambiente negativo que nos rodea produce consecuencias muy relevantes en nuestra salud dental. Roturas por ansiedad, mayor incidencia de bruxismo (rechinar de dientes nocturno) que provoca desgaste del esmalte?
Sonreír transmite confianza, es paliativo del dolor y mejora el estado de ánimo. Sin embargo, cuando nuestros dientes no están en perfectas condiciones tendemos a esconderlos evitando la sonrisa, provocando una nueva situación de estrés. La solución está en tus manos. Muchas veces es tan fácil como mantener una buena higiene bucal.
El mejor cuidado, lavarlos al menos dos veces al día y acudir al dentista como mínimo una vez al año. En tiempo de crisis descuidamos este hábito, pero es básico para nuestra salud y belleza.
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DESDE NIÑOS
Incluso con dientes de leche, debemos cuidar nuestra dentadura para que nos acompañe durante toda la vida. Hay que lavarlos después de desayunar y al acabar la cena. Lo ideal también es hacerlo después de la comida del medio día, ya que la placa dental comienza a acumularse en los dientes unos 20 minutos después de comer.
La placa dental es la responsable de enfermedades como la caries, la gingivitis y la periodontitis. Lavarse los dientes es muy sencillo; tan solo hay que cepillarlos uno a uno, por delante y por detrás. Dedica unos tres minutos a esta tarea con el cepillo adecuado y una buena pasta dental.
También es importante el uso de la seda de forma correcta, deslizando el hilo entre cada par de dientes, a lo largo de la línea de las encías. La seda dental eliminará restos de comida allí donde el cepillo no llega. Después, un buen enjuague bucal completará la higiene de tu boca. Por último, no olvides visitar a tu dentista cada seis meses para prevenir males futuros, si hay caries, desgaste o pequeñas fisuras. Además, una limpieza profesional, eliminará acumulación de sarro dentro de las encías y manchas difíciles de solucionar con el dentífrico diario.
CEPILLO ELÉCTRICO
La mayoría de los expertos asegura que se limpia mejor la boca con el movimiento giratorio de los cepillos eléctricos de cabeza pequeña (número 35 o 40), de mango recto y con cerdas suaves y redondeadas. Cuando utilizamos uno muy duro o hacemos movimientos bruscos e inadecuados, las encías se dañan y se pueden crear cavidades en las piezas.
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