El colesterol es una sustancia grasa natural que nuestro cuerpo necesita tener, ya que ayuda a producir hormonas, vitamina D y ácidos biliares.
El problema llega cuando la cantidad del mismo es excesiva, produciéndose lo que se denomina hipercolesterolemia. Conoce más el tema de la hipercolesterolemia
Podemos hablar de dos tipos diferentes de colesterol:
- El colesterol malo, que es el colesterol que, al unirse a la partícula LDL (que se encarga de transportarlo desde el hígado al resto de células), se deposita en la pared de las arterias.
- El colesterol bueno, que es el colesterol que, al unirse a la partícula HDL (que recogen el colesterol no usado y lo devuelve al hígado), transporta el exceso de colesterol para ser expulsado.
De este modo, el exceso de colesterol (hipercolesterolemia), que es cuando supera una cantidad de 200 mg/dl,tiene graves consecuencias para el corazón y aumenta considerablemente el riesgo de infarto. Así, el riesgo se eleva al doble de lo normal cuando la cantidad supera los 240 mg/dl.
La hipercolesterolemia es una dolencia que no presenta síntomas, por lo que es necesario recurrir a un análisis de sangre para detectarla. Por eso, personas con mayor riesgo por antecedentes familiares o por padecer otros problemas cardiovasculares deben someterse regularmente a análisis desde temprana edad.
¿Y qué medidas debemos tomar para prevenir y tratar la hipercolesterolemia?
1. Llevar una dieta sana y libre de grasas saturadas. Se recomienda consumir grasas de origen vegetal, presentes en el aceite de oliva, y aumentar el consumo de pescado, sobre todo azul. También es importante seguir una dieta rica en fibra y antioxidantes, a base de legumbres, frutas, frutos secos, cereales y verduras. Además, podemos incorporar productos extra que venden actualmente en el mercado como, por ejemplo, Danacol.
2. Incluir en nuestra dieta diaria entre 2 y 3 raciones de lácteos semidesnatados y desnatados. Entre estos lácteos debemos incluir leche fermentada enriquecida con esteroles vegetales, que actúa reduciendo su absorción a nivel intestinal y reduce los valores de lípidos en sangre.
3. Hacer ejercicio. Llevar a cabo un programa de ejercicio aeróbico (caminar, montar en bici, nadar...) a intensidad moderada (65%-70% de frecuencia cardíaca máxima) y desarrollado de forma regular (de 3 a 5 veces por semana).