El sueño y la vigilia son grupos de conductas que reflejan el nivel de excitación, la receptividad al estímulo externo así como la activación del sistema nervioso central del niño. Mientras más prolongada es la vigilia o más deficiente el sueño, hay un impacto sobre el desarrollo.
Sueño en bebés prematuros
El tiempo anticipado de nacimiento de los bebés prematuros obliga a evaluar su comportamiento de evolución con referencia a la edad corregida.
Este factor tiene incidencia en las horas del sueño del bebé, es decir, el prematuro con cuatro meses de vida cronológicos no dormirá de 6 a 8 horas durante la noche como lo hace un bebé a término, sino que lo logrará hasta los 6 a 8 meses de existencia.
Como los bebés prematuros tienen más necesidades suelen pasar casi todo el día durmiendo pero despiertan más a menudo en las noches. Esto en parte es positivo porque su cerebro requiere seguir trabajando para desarrollarse y crecer, así que le conviene más disfrutar el sueño ligero que el profundo.
No obstante, es vital estar atentos durante el día a su respiración y color, al tiempo de aprovechar sus pocos despertares para alimentarlos y estimularlos como indique el especialista tratante.
Trastornos del sueño en la prematuridad
La mayoría de los bebés nacidos antes del tiempo promedio normal presentan algún grado de apnea del sueño, el trastorno que altera la respiración mientras duerme, haciendo que ésta se vuelva lenta o se detenga por cualquier causa.
En la prematuridad la apnea produce que el bebé experimente episodios cortos de suspensión de la respiración.
Las causas de esta condición son que su cerebro no está completamente desarrollado y/o los músculos que mantienen las vías respiratorias abiertas están débiles.
Otros factores influyen en que empeore la apnea en prematuros enfermos:
Anemia
Problemas de alimentación
Dificultades cardíacas o pulmonares
Alguna tipo de infección
Bajos niveles de oxígeno
Problemas de temperatura
Posición segura
La recomendación de la Asociación Americana de Pediatría es que los bebés desde su nacimiento tengan contacto piel con piel con la madre, en lo sucesivo el colecho es una práctica saludable especialmente para los niños prematuros.
La posición segura dentro de la cuna es muy importante para la preservación de la vida del infante. La indicación profesional es colocarlos boca arriba, aunque los bebés prematuros pueden necesitar ser puestos boca abajo temporalmente mientras están en la Unidad de Cuidados Intensivos (UCI) debido a problemas respiratorios, pero superada esta fase, es mejor acostarlos boca arriba.