COLÁGENO Y ARTICULACIONES

 Mi padre era un adelantado para su tiempo. Que lo sepáis.

Ahora tendría 81 años, pero ya desde los años 70, cuando aún nadie o casi nadie se preocupaba por lo saludable de su alimentación, él siempre estaba aprendiendo sobre los alimentos que mejoraban o empeoraban el ácido úrico, el colesterol, la diabetes…. Siempre ponía por delante el pescado antes que la carne, procuraba no tomar dulces, y en general, llevaba una alimentación equilibrada.

Su libro de cabecera era “La artrosis y su solución”,  de Ana Mª Lajusticia. Tenía verdadera devoción por aquella mujer y sus recomendaciones sobre alimentación iban a Misa. Yo crecí viendo ese libro en la estantería de casa, así que cuando una buena amiga me preguntó hace un par de años si yo había oído hablar de ella y si conocía sus artículos sobre el colágeno y articulaciones, por supuesto, le dije “¡claro, mi padre tenía su libro!!, por supuesto que la conozco”. Así, empecé a buscar más información sobre ella y me empapé de sus videos y conferencias, así como de los artículos que escribía. Por supuesto, compré su colágeno y empecé a tomarlo y a venderlo en la farmacia, descubriendo que cumple lo que promete.

Si estáis interesados en el tema, os recomiendo que visitéis su página y veáis alguno de sus videos. Es una mujer impresionante, de gran claridad de mente y con una capacidad de transmitir que para mí la quisiera.

En este post intentaré resumir sus artículos sobre el colágeno y el magnesio, y por qué debemos suplementar nuestra dieta con ellos para mantener nuestras articulaciones y huesos en perfecto estado, así como para mejorar nuestro estado general.

El colágeno es una proteína que se encuentra en el cuerpo en una proporción aproximada del 38 %. Aparece en los huesos formando la matriz de sujección sobre la que se fijará el calcio, en los cartílagos que se encuentran en todas las articulaciones, y en forma de haces longitudinales formando los tendones.

 También se encuentra en las paredes de los vasos sanguíneos, las paredes del tubo digestivo, la córnea, la piel, el cuero cabelludo, y las uñas.

Cuando falta colágeno en nuestro organismo, las articulaciones se resienten y a la vez, el hueso se hace mucho más frágil porque pierde la flexibilidad que le proporciona el colágeno del mismo modo que se dificulta la fijación del calcio al perderse la matriz de colágeno que lo sustenta.

Respecto al Magnesio, es un mineral que también se encuentra en el organismo y que es imprescindible para su buen funcionamiento, ya que interviene en multitud de reacciones metabólicas de formación de tejidos, anticuerpos y hormonas, así como en la relajación muscular y el ritmo cardiaco. Es indispensable en la formación de proteínas y por tanto, en la reparción de cartílagos, huesos, tendones o vasos sanguíneos.

Así como la falta de colágeno en el cuerpo se manifiesta con fragilidad de huesos (que conducirá a la osteoporosis) y la pérdida del cartílago (que degenerará en artrosis), la falta de magnesio produce unos síntomas muy variados: ansiedad y desasosiego, dificultad para fijar la atención, contracturas, calambres musculares, espasmos, arritmias, tics nerviosos, o sensación de nudo en la garganta.

Como consecuencia de una mala alimentación en la que falten las proteínas, la vitamina C, el magnesio o el fósforo, aparece el desgaste del cartílago y con él, la descalcificación y la espondilitis.

Y es muy fácil que ello ocurra ya que muchas veces el desayuno consiste únicamente en un vaso de leche o de café con leche, y las cenas se sustituyen por  fruta o yogur, sobre todo cuando llega la operación bikini, pensando que así adelgazaremos. Lo que ocurre es que, además de no adelgazar, no proporcionaremos al cuerpo las proteínas necesarias para esa regeneración que el organismo necesita y no solo no perderemos peso, sino que a la vez estamos destruyendo cartílago y propiciando que el hueso se descalcifique.

Asimismo, el magnesio que deberíamos ingerir con los alimentos se ha visto muy reducido en los últimos años, ya que el abonado que se hace actualmente en los terrenos priva a la tierra de este mineral, con lo cual, alimentos que antes tenían un gran contenido de magnesio gracias al abonado con estiercol, hoy en día no tienen esta riqueza en él.

Igualmente, hace 50 años la alimentación que se seguía incluía mucho más colágeno en nuestra dieta, ya que se usaban para cocinar partes del animal ricas en colágeno, como las patas, pezuñas…. y que ahora han desaparecido totalmente en nuestros pucheros.

Por ello es indispensable tomar un suplemento de colágeno y magnesio para mantener el buen funcionamiento de nuestras articulaciones y huesos, así como para mantener el buen estado general. Especialmente los deportistas, deberían tomar suplementos de magnesio ya que al intervenir este elemento en la relajación muscular, les proporciona resistencia a la vez que favorece la recuperación del músculo tras el esfuerzo.



Los complementos de Ana Mª Lajusticia se presentan en forma de comprimidos, sobres individuales o polvo, para adecuarse a las preferencias de cada uno. Los sobres individuales son de sabor fresa y os pueden servir además para preparar deliciosos batidos como éste del que hoy os traigo la receta, cortesía de Consuelo, del blog Honey and Figs, la nieta de aquel hombre que me descubrió a Ana Mª Lajusticia.



1 plátano congelado

5-6 fresas congeladas

1 remolacha cocida pequeña

zumo de dos limones

250 ml. leche de almendras

1-2 sobres de colágeno y magnesio

1 c.c miel (opcional)



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