Uno de los productos estrella de la familia de los cannabinoides para uso alimenticio y medicinal es el aceite de CBD, un cannabidiol que representa el 40 % de los extractos de la planta. Los cannabionoides como ll CBD o el tetrahidrocannabinol (THC, que es el componente psicoactivo) se usan para aplicaciones médicas como tratamiento contra la epilepsia, glaucoma, ansiedad, parkinson, esclerosis, etc; e incluso como antiinflamatorio o para paliar los efectos secundarios de la quimioterapia en enfermos de cáncer. Recientes estudios parecen afirmar que ambos componentes pueden incluso frenar el proceso tumoral ya que ciertas combinaciones de THC y CBD tienen la capacidad de matar células malignas, impidiendo así su crecimiento y la posibilidad de metástasis.
Por otra parte, el aceite que se obtiene de la planta de la marihuana, el aceite de cáñamo común es un componente nutricional muy recomendable por su alto contenido en ácidos grasos omega-3 y omega-6, que nos ayudan a prevenir enfermedades cardiovasculares y regular las grasas de nuestro organismo ya que regulan el metaboslismo del colesterol. Este aceite , al no poseer cannabinoides (ni TCH ni CBD) sería el no medicinal indicado para uso común, ya que cuenta con importantes nutrientes beneficiosos para el organismo e importantes en nuestra dieta.
En definitiva, la diferencia entre estos dos aceites es que el aceite de CBD, que se extrae de la flor de la planta, es un concentrado de cannabinoides para uso medicinal, por eso, al ser de más costosa producción, su precio en el mercado es más elevado. Por el contrario, el aceite de cáñamo se obtiene a partir de las semillas de la planta y debido a su riqueza en nutrientes se usa como complemento alimenticio.