Llamamos bocio al aumento del tamaño de la glándula tiroides y cuando llega a ser importante se aprecia a simple vista un aumento del cuello.
Por lo general no es un proceso grave y que puede ir acompañado de un aumento o una disminución de las hormonas tiroideas.
Se da más frecuentemente en las mujeres que en los hombres.
Qué tipos de bocio existen
Puede ser de tres tipos principales:Bocio difuso, que es aquel en el cual el tiroides crece de una forma homogénea, es decir, crece todo el tiroides por igual, sin zonas que destaquen principalmente sobre otras en dicho crecimiento.
Dentro del bocio difuso podemos distinguir dos subgrupos: el endémico que es el que se produce en las regiones en que hay poco yodo en la alimentación y esporádico sin una causa muy clara.
Bocio nodular, es el caso en el que el tiroides crece especialmente por un nódulo o quiste dentro del mismo que alcanza un tamaño importante.
Bocio multinodular, con ello nos referimos al caso en el que el tiroides desarrolla varios nódulos de tamaño importante que configuran el bocio.
¿Cuáles son las causas del bocio?
La principal causa del bocio, fundamentalmente bocio difuso, ha sido la falta de yodo.La falta de yodo, en la alimentación, fue muy frecuente hasta el último tercio del siglo XX sobre todo en zonas montañosas, alejadas del mar que hacían que hubiese déficit de yodo.
Cuando el bocio por falta de yodo afecta a más del 5% de la población se llama endémico
Normalmente los países o regiones que puedan estar afectadas por este déficit de yodo lo compensan con el suministro de sal yodada para el consumo de cocina.
El consumo de algunos alimentos como la mandioca, los boniatos o el sorgo pueden hacer bajar los niveles de yodo.
En la mujer embarazada también se puede producir un déficit de yodo, si no se suplementa durante el embarazo, puesto que la mujer gestante elimina mayor cantidad de yodo por la orina que la que no lo es.
Llamamos bocio esporádico al que se da sin una causa clara, como comentamos anteriormente.
Tipos de bocio según la función del tiroides
En los casos de bocio nos podemos encontrar que la función del tiroides se encuentre dentro de los siguientes tipos:Función eutiroidea: es decir que a pesar del bocio el tiroides es capaz de mantener dentro de la normalidad las funciones del tiroides.
Función hipotiroidea: a pesar del aumento del tamaño del tiroides, el tiroides no es capaz de fabricar suficiente cantidad de hormonas tiroideas (T4 y T3) y por ello se produce hipotiroidismo.
Función hipertiroidea: en este caso el tiroides aumenta de tamaño y además aumenta la producción de hormonas tiroideas, dando lugar, a un hipertiroidismo. Este tipo de hipertiroidismo se denomina enfermedad de Graves-Basedow.
Cómo se diagnostica el bocio
Se diagnostica fundamentalmente por la exploración del tiroides donde se puede detectar un aumento de tamaño del mismo de forma difusa o nodular y su consistencia.Otra forma importante de diagnosticarlo es mediante la realización de una ecografía del tiroides.
Así de esta forma diagnosticamos lo bocio por el tamaño y consistencia y si es difuso, nodular o multinodular.
Para terminar de diagnosticar necesitamos saber si es normofuncionante (eutiroideo), hipofuncionante o hiperfuncionante y esto se va a diagnosticar con una determinación en sangre de las hormonas tiroideas T4 y T3 y de la hormona estimulante del tiroides TSH.
También es interesante la realización de gammagrafía del tiroides, para lo cual se utiliza yodo radioactivo que capta el tiroides y nos permite visualizar si la captación de yodo es homogénea o con nódulos calientes (mayor atrapamiento del yodo) o nódulos fríos (menor atrapamiento del tiroides.
A veces los nódulos son necesario biopsiarlo, es decir, tomar una muestra para su análisis en el laboratorio y se realiza mediante Punción Aspiración con Aguja Fina (PAAF).