Es especialmente conocido el biomagnetismo por su gran capacidad terapéutica ante trastornos de tipo orgánico, ya sea sobre patógenos como bacterias, virus, hongos o parásitos, o sobre procesos inflamatorios y dolorosos, pero no se prodiga tanto sobre aspectos emocionales o psicológicos, y sin embargo, su capacidad para influir positivamente sobre estas áreas es enorme. Además, sus características técnicas propician una acción favorecedora de la relación cuerpo/mente.
Son muchas las terapias naturales capaces de ejercer una acción beneficiosa sobre la esfera emocional. Alivian y proporcionan relajación y bienestar, de forma que reducen el sufrimiento de la persona. El biomagnetismo es, por su parte y sin duda alguna, una de las terapias naturales más potentes y que más pueden hacer en este sentido, y en combinación con otras, los resultados pueden ser mucho más notorios, rápidos y profundos, por la gran sinergia que puede crear.
Problemas de ansiedad, insomnio, estrés, depresión..., y todos aquellos trastornos, incluso orgánicos, que de ahí pueden derivarse, pueden mejorar ostensiblemente mediante la aplicación del biomagnetismo terapéutico a la esfera emocional.
Perspectiva integrativa y holística
No obstante, es fundamental saber diferenciar y valorar la importancia y características reales del trastorno emocional de una persona, teniendo muy claras cuáles son sus causas y limitaciones, para poder tratarlas psicológicamente en su verdadera raíz. Si no, se corre el riesgo de creer que se está tratando y solucionando el problema, cuando en realidad se está tapando, demorando, y lejos de resolverlo, puede ser que con el paso del tiempo sea cada vez más difícil solventarlo.
Por ello, y teniendo en cuenta que por desgracia cada vez hay más personas que sufren trastornos emocionales, resulta de vital importancia aplicar de forma adecuada estas terapias naturales, para prevenir, equilibrar, y favorecer el ineludible trabajo psicológico interno que debe realizar la persona para cambiar y solucionar la verdadera raíz del problema, siempre desde una perspectiva biopsicosocial.
Así pues, bajo una supervisión psicológica profesional que garantice que el tratamiento global sea el correcto y adecuado, con la aplicación complementaria y estratégica del biomagnetismo emocional, disponemos de una herramienta terapéutica coadyuvante de primer orden para abordar los trastornos emocionales desde una perspectiva integrativa y holística, y con una mayor capacidad de mejora y resolución.
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