Divido en tres partes este conocimiento.
Cómo compran los ricos, qué compran los ricos y cómo compran los ricos para invertir.
1) Cómo compran los ricos.
El comprar, así como todo lo demás, es un acto energético.
Y no te estoy diciendo oh sí todos somos energía, todos somos uno, déjame pagarte tu trabajo con una sesión de Reiki desde la distancia pero tú a mí págame en dinero mejor.
Te estoy diciendo que es un acto energético porque es así. Otra cosa es que yo sepa explicar, hoy por hoy, por qué es así.
Si quieres descubrir los secretos del universo, piensa en términos de energía, frecuencia y vibración, decía Nikola Tesla.
Es decir, aunque uno no sepa matemáticas, conviene al menos saber que las matemáticas son importantes. Aunque uno no sepa de flora bacteriana, conviene saber cómo la flora nos afecta.
Saber la importancia de algo es el primer paso para querer adquirir su conocimiento y su práctica.
Si quieres comprender y experimentar por ti mismo las palabras de Tesla, haz muchos retiros de meditación Vipassana y comprobarás cómo somos energía y cómo, mediante el poder de tu concentración, puedes dirigir tu energía hacia un lugar o hacia otro. (Recordemos por enésima vez la frase Energy flows where attention goes, de Tony Robbins).
Aclarado este punto volvamos al inicio: Comprar, así como todo lo demás, es un acto energético.
Si compras con miedo, estás poniendo en movimiento la energía con la vibración del miedo. Y si compras con amor, pues las estás poniendo en movimiento con la vibración del amor.
Y entremedias, toda la gama de grises.
¿O crees que Jesucristo o Buda compraban con la misma energía, con el mismo sentimiento interno, con la misma percepción de las cosas, que el que va a las rebajas del Black Friday aplastando cabezas para llevarse antes una TV de siete mil pulgadas en oferta?
Pues no. Los primeros lo hacían con amor. Y el segundo, con miedo. Y entremedias, estamos todos.
Comprar es un acto donde pensamiento (energía) y obra (energía), se ponen en acción de una determinada manera, y esa manera de hacerlo es la que determinará la consecuencia (energética) de esa acción.
Te pongo un ejemplo.
Ayer pagué 1500 € a una empresa para un tema del que espero hablarte pronto.
Esa acción fue posiblemente una de las 5 acciones más poderosas que he hecho en mi vida, fue una acción de gran impacto con consecuencias absolutamente imprevisibles. Si sale bien, Ricos y Libres pasará al tercer nivel. Si sale mal, sólo habré perdido unos euros.
Bien, lo importante aquí es cómo lo compré, y entender la diferencia con cómo lo habría comprado en otras épocas de mi vida.
Tras la conversación con la persona encargada, me dijo que tenía 24 horas para reservar.
Yo tenía dos opciones.
1) Sentirme fatal internamente por la compra que iba a hacer, y tratar de eludir el momento del pago todo lo posible hasta agotar las 24 horas de plazo. Y luego, finalmente, pagarlo con miedo y desesperación, o poner una excusa para no hacerlo y pasar a otra cosa.
Pensar en todo lo que no iba a tener tras esa compra:
No voy a tener 1500 €.
No voy a poder comprar otras cosas porque he comprado esa.
Si compro eso estoy jodido.
Es decir, estaría comprando con escasez.
2) Respirar. Estar agradecido por la posibilidad de pagar eso y estar expectante e ilusionado ante las posibles consecuencias.
Comprarlo inmediatamente según tuve oportunidad.
Comprarlo con un sentimiento de abundancia.
Vale.
Elegí la segunda opción.
En otras épocas de mi vida, siempre elegía la primera.
¿Te das cuenta de la diferencia? En la primera hay miedo, en la segunda hay (algo parecido al) amor y confianza.
Recordemos que CON-FIANZA etimológicamente significa ABSOLUTA – FE.
Buda y Jesús comprarían con confianza y abundancia, es decir, ellos tendrían seguridad en que lo que compraban estaba bien tanto si funcionaba como si no. Ellos estarían tranquilos. Relajados.
¿Que sale bien? Genial.
¿Que sale mal? Genial.
Comprar con sentimiento de WU-WEI. El valor, el fin, está en misma la acción de comprar.
Pues es la idea.
Un rico cuando compra algo lo hace con tranquilidad y sabiendo que su vida no depende de esa acción. La hace porque tiene que hacerla. La hace porque así lo considera mejor en ese momento y se siente bien con ello.
Pero no se lo piensa un millón de veces.
Si puede, lo hace y lo hace con confianza. Si no, no lo hace y no pasa nada.
A efectos prácticos: la próxima vez que vayas a comprar algo, sea algo de alto precio o sea de bajo precio, fíjate cómo es tu respiración y después trata de percibir cómo es tu sensación interna dominante.
Respira conscientemente como si estuvieras en meditación (para así calmar tu energía) y después efectúa la compra si así lo deseas.
Y esto no quiere decir que internamente empieces a decir oh sí mi compra va a salir bien todo va a salir bien Diosito me ayudará si yo lo decreto 7 veces frente al espejo.
Lo que quiere decir es que TÚ estés en calma interna cuando efectúes la acción.
Ahora pasemos al segundo punto.
2) Qué compran los ricos.
Jim Rohn decía Weight before you buy it, que supongo significa algo como evalúalo antes de comprarlo.
Los ricos, o mejor dicho, los ricos que yo admiro, los ricos y libres, los ricos con conciencia, los ricos que no están afiliados a The church of Shopping como diría Jacob Lund, los ricos que compran exclusivamente cuando así lo necesitan, esos ricos, digo, evalúan muy bien cada nueva adquisición.
Se preguntan:
¿Qué es lo mejor, lo más duradero, lo que más valor puede aportarme ahora y en el futuro?
Es decir, teniendo en cuenta el valor que yo voy a entregar, ¿cuál es el valor, REAL, de lo que yo voy a recibir?
¿Qué artículo puedo comprar que pueda hacerlo de una sola vez por todas y no decenas de veces?
Es decir, existe algo que, independientemente del precio que cueste, dure para siempre, o dure más de lo normal?
Ya expliqué ciertos conceptos en el artículo de qué es la abundancia y cómo conectar con ella, pero la idea se basa en comprar valor, y no en comprar cosas.
Si, una vez más, pensáramos en términos energéticos, nos preguntaríamos cuál es la calidad energética de aquello que estamos adquiriendo. Qué energía estamos permitiendo entrar en nuestra vida.
¿Está hecha con amor? ¿Está hecha con cariño? ¿Está hecha con un profundo conocimiento de la materia?
Yo no compro aceite, compro el aceite fabricado por Manuel, aceite sacado con cariño de sus olivas.
Yo no compro calzoncillos, compro calzoncillos fabricados en España con los materiales X e Y, a ser posible cosidos por Paqui y diseñados por Elena.
Te pondré un ejemplo.
El otro día fui a la que considero mejor panadería de mi pueblo.
Cuando no lo hago en mi casa, o se lo compro a Claudio que lo fabrica en el horno de barro de su casa, voy a esa panadería.
He visitado la minifábrica por dentro y he hablado con los dueños. Les he visto llenos de harina y me han recomendado consejos para que mi panificadora me dé panes y no boñigas.
Bien, y cuando estoy en la panadería comprando el pan veo que también tienen huevos.
¿Me das una docena?
Sí, toma.
Los cojo y los abro. Leo la etiqueta de los huevos y veo que son categoría 3.
Y le pregunto: Oye, ¿cómo es que teniendo un pan tan maravilloso, tenéis unos huevos comunes y corrientes procedentes de gallinas enjauladas que comen piensos de mala calidad? ¿Cómo no compráis huevos a productores locales que los hay muy buenos?
¿Ah, no me digas? ¿Cómo lo sabes?
(Se lo explico).
No sabía eso de los números ni eso de…
Lo que quiero transmitir con esto es que aunque unas fábricas sean buenas en una cosa, no significa que lo sean en todas las demás.
El rico y libre evalúa exactamente cada compra, cada nueva adquisición, cada nuevo gasto energético, tratando de averiguar la procedencia, la calidad, durabilidad, el amor puesto en la creación.
Claro, si eres de la iglesia/secta de los compradores que dice Jacob, que necesitan consumir constantemente para llenar vacíos existenciales, es muy difícil evaluar cada compra.
Pero si en cambio reservas tus compras a lo mínimo necesario, a lo imprescindible, a lo útil, a lo lógico, a lo eficiente, puedes permitirte el lujo de estudiar absolutamente cada una de las cosas que vas a adquirir y puedes permitirte el aún más grande lujo de comprar exactamente lo que quieres y necesitas para así mejorar GENUINAMENTE tu vida.
Cueste lo que cueste.
Ahora pasemos al último punto.
3) Cómo compran los ricos para invertir.
Te contaré dos breves historias poderosas.
1. Hace años hablaba con mi vecino, que es rico y libre.
Vecino, ¿cómo compran los ricos para invertir? —Le pregunté—.
Un rico no se compra un reloj, Antonio. Un rico trata de comprarse un reloj que, con el tiempo, tenga la posibilidad de ser más valioso.
Un rico no se compra un cuadro, Antonio. Un rico trata de…
Los ricos adquieren valor, Antonio.
Ajam .
2. Hace un par de años estaba con mi amigo Juan en la casa de mi padre frente al ordenador y con la web idealista abierta y palpitando en la pantalla.
Yo facturaba un dinero interesante al mes por primera vez en mi vida y por eso me creía muy importante. Pero por otro lado me había leído La semana laboral de 4 horas años atrás donde decía no seas el gordo del BMW rojo.
También había viajado por el mundo y sabía que con un plato de arroz con aguacate, un poco de agua y cuatro paredes bonitas, un ser humano puede ser extraordinariamente feliz.
Así que le dije a Juan.
Juan, tío, creo que podría irme a cualquier ático del centro de Madrid a pagar una barbaridad, como siempre ha sido mi sueño. Pero siento que si hago eso, con este poco dinero que gano que a mí me parece mucho, no estaría haciendo una acción financieramente inteligente.
Y le pregunté una de las mejores preguntas que se le pueden preguntar a un futuro rico:
¿Qué haría un rico en este caso?
Y juan me dijo:
Un rico no se va de alquiler al centro de Madrid a una casa cojonuda pagando el alquiler con su dinero y con el fruto de su trabajo.
Un rico se va al extrarradio, a una casa que tenga un precio que pueda comprar, la compra, y así adquiere patrimonio.
Después el rico repite esa operación unas cuantas veces y su patrimonio crece. Un rico, antes de gastar (alquiler), invierte (comprar casa para adquirir patrimonio).
Los lujos no se pagan con el fruto de tu trabajo, sino con el fruto de tus inversiones. (Vale esto no me lo dijo Juan, pero quedaba bien ponerlo aquí).
Pero Toño, a cada pie, la talla de sus zapatos. Este consejo no es para todo el mundo, es para ti en este momento particular.
Y así, hasta donde yo sé, compran los ricos.
Ahora respira profundamente, medita cien o doscientas horas del tirón si así lo necesitas y… Un manual hacia la grandeza.