Aprende a mejorar la vida con ejercicio físico

Científicamente se ha demostrado que el sedentarismo reduce la esperanza de vida. Por ello el sabio dicho “mente sana en cuerpo sano”, cada día toma más vigencia, ya que es esencial mejorar la vida con ejercicio físico y buena  alimentación.

Según un estudio de la Facultad de Medicina de la Universidad de Girona, la actividad física moderada por 30 minutos durante 5 días a la semana mejora la salud. También un ejercicio intenso 3 veces al día por 20 minutos, reduce en una tercera parte el riesgo de muerte.

Cuando hablamos de actividad física, no solo estamos teniendo en cuenta el ejercicio físico (guiado y supervisado), sino cualquier actividad, por ejemplo, se pueden lograr esos 30′ de actividad física acumulando ciertas acciones durante el día, como ir caminando al trabajo, subir escaleras en lugar de ascensor, un buen paseo con tu mascota si tienes, etc.

Cómo mejorar la vida con ejercicio físico

Primero que todo, hay que ser conscientes del peligro real que el sedentarismo está provocando en la sociedad actual.

Lamentablemente, hay incremento progresivo del sedentarismo en la población. Su inactividad física se debe a los cambios en los hábitos de vida de las personas y a las nuevas tecnologías, que nos permiten una vida más cómoda, lo cual tiene un ese lado negativo de la diminución de movimiento.

Los patrones alimentarios y la inactividad surgen como respuesta a que la tecnología hace todo más fácil. Moverse para que haya gasto energético cada vez es menos necesario. Esto se debe a que la tecnología busca evitar desgaste. Incluso las actividades de ocio como jugar en el parque, salir de excursión, practicar ejercicio, han sido sustituidas por actividades sedentarias como juegos de vídeo, redes sociales, etc.

Entonces, sí que es alarmantemente necesario mejorar la vida con ejercicio físico, acompañado de una dieta saludable y buenos hábitos.

Estos factores están estrechamente ligados. La Universidad de Harvard al respecto afirma que según sus estudios el ejercicio físico aumenta la sensibilidad a sensaciones como la saciedad, lo cual modifica la respuesta ante la comida.

La actividad física y el ejercicio físico habitual, facilita las conductas de alimentación encaminadas a llevar una dieta sana.Por eso es primordial modificar nuestros hábitos de vida para poder disfrutar de mucha más salud.

Concluye que una de las herramientas de salud pública para frenar la obesidad es prevenirla mediante la práctica habitual de actividad física.

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