Alegría



Leticia es un nombre propio femenino de origen latino (Laetitia) que significa “alegría” o “felicidad”. En la persona significa “la que trae alegría”. 

 

Pero ¿QUÉ SABEMOS DE LA ALEGRÍA?

 

Imaginemos un diálogo con nuestra alegría (técnica utilizada en la formación “Gestión Inteligente de las Emociones”): 

conversando con alegría


– Alegría ¿dónde estás?  Te echo en falta, no sé dónde encontrarte.  Hace tiempo que te perdiste  y no sé cómo llegar a ti. Mi vida sin ti carece de sentido, está estancada.”

– Estoy aquí, pero tú parece que quieres dedicarle más tiempo y atención a otras emociones antes que a mí. Mírame, estoy aquí.

La alegría, como el resto de las emociones, tiene una función específica para facilitar nuestra adaptación a las situaciones del entorno.

Es una emoción que permite conectar con la seguridad, la pasión y la motivación. Es decir, que cuando necesites sentir alguna de las 3 cosas, el camino más rápido es provocarte alegría de manera consciente.

¿Y eso es posible? Claro que sí. 

Veamos sus características su “ficha técnica”:

Nombre: Alegría

Dimensión (dentro del sistema persona): Emocional

Color: Entre amarillo y naranja (el color del sol). El Sol es el astro que todo lo ilumina, que proyecta energía, que genera vida, que aporta calidez…. por sus similitudes con la alegría es por lo que se le asignan los mismos tonos.

Significado resumido: “Algo bueno” ha llegado a mi vida. 
Este algo puede ser material o inmaterial y puede proceder de fuera o de nuestro propio interior (buenas noticias, un nuevo miembro en la familia, adquisición de alguna cosa que deseamos, expectativas o sueños cumplidos, esperanza de poderlos cumplir, sensación de poder y capacidad para conseguirlos, nivel alto de energía, sentirnos parte de algo, sentirnos queridos, experiencias agradables y positivas, compartir (lo que sea: tiempo, cosas, sentimientos….) con otras personas…). 

Efectos en la salud
Fortalecimiento del sistema inmunitario. 
La alegría contrarresta directamente los efectos dañinos producidos por el estrés. Aumenta los niveles de serotonina, reduce los niveles de cortisol, activa los diferentes sistemas del organismo (tono muscular, cardio-respiratorio, linfático, digestivo -que se desactivan cuando hay un alto nivel de estrés-).

Mejora la salud mental.
Aumenta la actividad cerebral, la creatividad, mejora el pensamiento analítico y estratégico facilitando las tomas de decisiones y optimizando las búsquedas de soluciones. Aumenta la capacidad de memoria y de aprendizaje. Aumenta el número de pensamientos positivos y autovalorativos (sí puedo, ¿cómo lo hacemos?, ¿cuándo empezamos?, esto parece fácil…) contribuyendo al desarrollo de una actitud proactiva y de una autoestima fuerte y sana.
La alegría mantiene a nuestro organismo en un sano equilibrio.

Manifestación corporal: Postura abierta, hombros erguidos y hacia atrás, mentón alzado, voz “cantarina”, relajación, sonrisa, silbidos, canturreos, carcajadas. La risa como elemento protagonista.

Utilidad: Facilita la comunicación y las relaciones interpersonales (por ende, la colaboración y cooperación son más fáciles). Ayuda a emprender nuevos caminos, tomar decisiones, iniciar proyectos, realizar tareas y a la hora de prepararse planes de acción porque son aspectos que necesitan de gran energía, de concentración, de creatividad.
¿Qué sucede si estamos viviendo una situación actual negativa con estrés crónico o con situaciones que nos generan emociones como la rabia o la tristeza?

Lo más seguro es que de manera natural la alegría no surja pero eso no significa que no podamos contar con ella. Es más, en mi opinión, es cuando más presente debemos hacerla si queremos mantenernos bien.

Para verlo más cotidiano, pedí a unas amigas que me dieran su visión sobre la alegría y este testimonio me pareció muy claro. Espero que a ti también. (Gracias R.B.)

Tenía un día un poco plof, a mí no me acompañaba ni mi cuerpo físico ni psíquico, entonces me llamaron unas amigas y realmente me obligué a salir, al principio estaba apagada, luego con conversaciones, con gente nueva que conocí, me descubrí riendo y pasando un rato gratamente alegre... Mi conclusión, la alegría como muchas de las cosas y sentimientos buenos también hay que buscarlos o más que buscarlos permitir que salgan porque todos los llevamos de serie y a veces los taponamos, además la alegría es muy agradecida, con poco que la alimentemos ya está presente, así que requiere menos esfuerzo de lo que pensamos...

Desde la gestión inteligente de las emociones lo que se pretende es conocer los recursos personales que tenemos para poder utilizar cada una de las emociones cuando la necesitemos. 

Para no alargar mucho más este artículo, he elaborado una “Guía práctica para incorporar alegría a tu vida”. En ella comparto recursos y estrategias que te van a permitir:

descubrir los recursos personales que tienes para activar la alegría

aprender cómo utilizarlos para garantizar un resultado inmediato

mantenerte en equilibrio saludable
Utilízala tanto como la necesites. Es un regalo.

Bibliografía consultada para redactar este post:

Wikipedia.

Emociones capacitantes. Isabel Aranda.

Fuente: este post proviene de Blog de Leticia Díez, donde puedes consultar el contenido original.
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