Afrontamiento del miedo



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Orientación Psicológica

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Psicólogos especializados en trastornos del neurodesarrollo.

El miedo podría definirse como una emoción producida por alguna situación en la que un sujeto se halle en peligro, esta emoción ligada a lo que la genera, siendo esta una posible generadora de la ansiedad, también hace referencia a la predicción de un peligro indefinible.

En este artículo se pretende hablar un poco más acerca de esta emoción, cómo se produce y cómo afecta al sujeto ante y después de una situación que le ha provocado esta emoción.



¿Qué es el miedo?

Se le ha dado una difusión al miedo siguiendo dos sistemas de conducta estudiados a través de la evolución, estos sistemas son:

Sistema predatorio de defensa

Sistema social de sumisión
En primer sistema se habla de que este puede llevar a los organismos a distanciarse de los posibles depredadores, mientras que en el segundo sistema se provoca la sumisión ante el miembro más dominante de un grupo.

Entendiendo estos dos sistemas se puede decir que el miedo es una emoción producida por una situación que para el sujeto es peligrosa, o que presenta un peligro inminente, está ligada al peligro que genera tal situación.

El miedo también puede hacer referencia a la ansiedad, en la que se busca anticipación del peligro futuro e impredecible, siendo está un poco menos comprensible que el propio miedo.

Consecuencias de la emoción del miedo

Muchos quizás se han encontrado bajo una situación de miedo/ peligro bajo la que presenten diferentes molestias físicas o externas hacia la causa que ha provocado la situación de miedo en primer lugar, en manera de estudio se han clasificado algunas consecuencias de esta emoción como:

Se facilita el aprendizaje de las nuevas respuestas que permitan al sujeto distanciarse de la situación de peligro, siendo esta la reacción ante el evento más relevante.

Con una reacción al miedo de manera excesiva la eficacia de la primera consecuencia disminuye, ya que se salta la capacidad de diagnosticar las soluciones ante la situación peligrosa, provocando un bloqueo mental que interfiere en la acción beneficiosa.

Puede condicionarse el peligro o la situación que ha provocado el mismo.

Puede producir malestar o sufrimiento en el sujeto

Puede provocarse un miedo desproporcionado en el que no exista una explicación lógica captada por el sujeto, disminuyendo el control voluntario.



¿Cuáles son las funciones del miedo?

Existen características y funciones de esta emoción que a pesar de resultar en acciones negativas o desaprovechadas en el ser humano, algunas logran beneficios e información que le permita al sujeto afrontar eventos similares en el futuro.

Con la emoción del miedo se permite al sujeto:

Activa en el sujeto una señal que le permita realizar acciones o conductas que le ayuden a distanciarse del peligro, facilitando así una posible solución o esparce ante la situación.

Facilita vínculos sociales ya que ayuda a determinar eventos de peligro que puedan ser perjudiciales para su grupo.

El miedo puede prevenir la interacción con elementos o situaciones potencialmente peligrosas, buscando así el bienestar del sujeto o su colectivo.

¿Cuáles son los efectos subjetivos?

Puede existir la sensación de tensión o desasosiego, así mismo podría provocarse la preocupación por la seguridad del grupo o del individuo en sí, alterando su emoción ante el posible daño a su salud, además se sufre pérdida de control.

Afrontamiento del miedo

Si bien cada individuo podría conocer o lograr el control de esta emoción, solo ocurre tal dominio al encontrarse en situaciones similares, es decir que habrán mayores probabilidades de que el sujeto logre contralar la emoción del miedo solo si ya ha previsto o experimentado tal situación en la que se active esta reacción.

Por otro lado la reacción exacta no puede revelarse dado a que cada ser humano depende de conductas individuales que le permitan sobrevivir en diferentes entornos, dicho esto pueden mencionarse algunos afrontamientos generales de esta emoción.

Retirarse

El sujeto puede predecir la situación peligrosa y calcular una solución rápida ante el evento, huyendo rápidamente de él, la distancia en este caso permite el resguardo de su bienestar, a la par de que activa en su grupo la señal de peligro para que estos se retiren o distancien de la situación.

Inmovilizarse

Aunque pueda perjudicar en ciertas situaciones, el permanecer inmóvil puede ser una reacción fuera y dentro del control voluntario, esta podría permitir la supervivencia del sujeto ante situaciones que le tomen más tiempo para descifrar si debe o no alejarse del evento peligroso.

Ataque o amenaza

En este afrontamiento se involucra la conducta de una manera más abierta, el sujeto puede buscar inhibir o desviar el ataque según sean sus posibilidades o ventajas ante la situación de peligro, en este afrontamiento el sujeto necesita control de sus acciones más la respuesta ante ellas podría emitirse de manera espontánea.

Evitación

Ante cualquier evento que resulte peligroso, en el que el sujeto pueda percibir miedo en sí mismo o colectivo al que pertenece, este puede evitar por completo tal evento, de manera que no necesite gastar energías o buscar soluciones en caso de verse envuelto en la situación peligrosa.

En este caso podría tratarse del sujeto evitando no solo el problema como tal sino la emoción que puede provocar en él participar en este problema, evitar el evento de peligro o miedo podría implicar un diagnóstico rápido de la situación, en la que el sujeto llegue a la conclusión y reacción en la que decida no participar.

Afrontamiento de la situación

Si bien no todo afrontamiento implica una mala reacción del sujeto, este puede beneficiarse si decide evitar o afrontar el miedo, en cualquiera de los dos casos se activan respuestas que ayudan a recopilar información, permitiendo conocer las posibles respuestas que se deban dar ante problemas o eventos de miedo en un futuro.

¿Qué provoca el miedo?

Los causantes de esta emoción podrían ser percibidos como daño o peligro, así como situaciones intensas, notorias o nuevas para el sujeto en caso de que este no haya experimentado tal situación con anterioridad, así mismo puede ser provocada esta emoción por las interacciones sociales en las que el sujeto sea parte del colectivo que presenta la señal de peligro frente a alguna situación.



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