Hace justo una semana, mientras leía Los 4 acuerdos, de Miguel Ruiz, escuchaba una entrevista de él junto a Sergio Fernández. En ese momento, sentí que quería contribuir a la divulgación del contenido de este libro. Pienso que cuanta más gente conozca estos 4 acuerdos, más fácil será alcanzar una sociedad más plena y feliz.
Y es que, desde que nacemos, sin darnos cuenta, adquirimos unas serie de creencias que nos son trasmitidas generación tras generación, y que, asumimos como verdaderas. Desde el momento en que nos inculcan determinados valores, perdemos la capacidad de ser nosotras mismas.
¿Lo habéis sentido alguna vez?, ¿os ha pasado que sin saber por qué habéis hecho cosas que en el fondo no queríais hacer?. Desde cosas mundanas, hasta cosas más importantes, como elegir vuestra profesión o incluso, decidir vuestro estilo de vida, sólo porque sentíais que así debía ser.
Bien, pues esta fuerza que nos mueve a tomar decisiones, se deber a esta información que hemos recibimos de nuestros padres, maestros o medios de comunicación, durante la más tierna infancia, y que hemos aceptado como válida.
Al ser ésta interiorizada desde nuestra inconciencia, damos por sentado que los valores que se nos inculcaron son verdaderos, y tenemos fe plena en ellos. Así, conformamos acuerdos con nosotras mismas, -que son nuestro sistema de creencias-.
Pero, además de nuestras creencias, aprendemos también a juzgar. Juzgamos a los demás en base a nuestros valores heredados. Como nosotras juzgamos, creemos que los demás lo harán también, para evitarlo, empezamos a ser complacientes. Dejamos de ser fieles a nuestra naturaleza por complacer a los demás.
Y aquí radica el problema: Somos lo que no somos para no sentirnos rechazadas, por miedo a no ser suficientes.
Una vez alcanzada la madurez, si nunca nos hemos cuestionado estas creencias, continuamos auto-domesticándonos. Sentimos culpa, por un sistema de creencias que no escogemos.
Todo lo que va en contra de estos acuerdos nos da miedo, porque sentimos que estamos rompiendo las reglas. Necesitamos fuerza y valentía para desafiarlos.
Los 4 acuerdos que rompen nuestro sistema de creencias:
1. SE IMPECABLE CON TUS PALABRAS
Utilizamos nuestras palabras para conformar nuestra realidad. Por este motivo, debemos utilizarlas de manera precisa, para expresar lo que queremos decir, tanto a nosotras mismas como a las demás personas.
Las palabras pueden liberarnos o pueden esclavizarnos. Éstas son semillas que se siembran en los demás. Lo importante es analizar las que provienen del amor o del miedo.
Así, habría que evitar decir palabras contra una misma, mentir, maldecir, reprochar, criticar o decir chismes -como los denomina el propio autor del libro-.
En la medida en que seas impecable con tus palabras notarás cambios en ti y en los demás. Comenzarás a operar desde el amor.
Se trata es de poner conciencia todo lo que sale por nuestra boca, antes de pronunciarlo. Para el autor de este libro, las palabras son magia.
“Todo ser humano es un mago, y por medio de las palabras puedes hechizar a alguien o liberarlo de un hechizo”.
2. NO TE TOMES NADA PERSONALMENTE
Este es probablemente el acuerdo más complicado de todos. Siempre podemos tener el control sobre nosotras mismas, sin embargo, no podemos controlar lo que otros nos van decir.
Lo que no debemos olvidar, según este acuerdo, es que cuando alguien te da su opinión, no es más que un reflejo de lo que ellos piensan sobre si mismos. Las opiniones, son por lo tanto, una declaración de intenciones y dejan al descubierto a la otra persona.
Nada que venga de los demás nos debe afectar. Hemos de confiar siempre en el concepto que tenemos sobre nosotras mismas.
Cuando no te tomas nada personalmente, aparece una gran cantidad de libertad. Serás inmune a lo que otros te digan y más honesta contigo misma.
Toda la tristeza y los dramas que has experimentado, tenían sus raíces en las suposiciones que hiciste, y en las cosas que te tomaste personalmente.
3. NO HAGAS SUPOSICIONES.
En lugar de suponer, debemos preguntar. Dedicamos una gran energía a generar suposiciones, que luego no tienen nada que ver con la realidad.
Si no se cumplen las expectativas de las suposiciones que teníamos, se crea un drama. Para que esto no suceda, la clave es la comunicación.
“No des nada por supuesto. Si tienes duda, aclárala. Si sospechas, pregunta. Suponer te hace inventar historias increíbles que sólo envenenan tu alma y no tienen fundamento”.
4. HAZ SIEMPRE LO MÁXIMO QUE PUEDAS.
Ni más ni menos. Si haces más, acabarás agotado; si haces menos, frustrado. No serás capaz de dar lo mismo siempre, así que se trata de aplicar esta máxima en función a tus circunstancias. Sin forzarnos, pero actuando.
Para convertir tu sueño en realidad, es necesario valor y disciplina. Hay que hacer lo máximo desde el amor. Crear arte con lo que hagamos sin esperar los resultados. Sólo por el placer de experimentar la vida.
Cuando te sientes bien, todo lo que te rodea está bien. Cuando todo lo que te rodea es magnífico, todo te hace feliz. Amas todo lo que te rodea porque te amas a ti mismo, porque te gusta como eres, porque estás contento contigo mismo, porque te sientes feliz con tu vida.
Justamente hoy, he terminado de leer este libro. Me he dicho a mi misma que no quiero que nunca se me olviden estos cuatro acuerdos. Pero, también me he prometido que no me voy a castigar si me los salto de vez en cuando. Eso sí, trataré de poner conciencia para poco a poco, convertirlos en un hábito en mi vida. Si desde el principio nos ponemos metas demasiado altas, lo más probable es que terminemos por abandonarlas.
En mi opinión, este es uno de esos libros para releer y revisar a lo largo de tu vida. Espero que os sirva de ayuda conocer estos mágicos acuerdos toltecas, y os animo a leer este maravilloso libro.
Un fuerte abrazo,
***Si te gusta lo que lees, te invito a que lo compartas en tus redes sociales, y a seguirme en; Facebook, Instagram o Twitter (sí, estoy en los tres). Así estarás ayudándome a que crezca mi proyecto. Muchas gracias por estar ahí. Un abrazo muy fuerte.***