Y tú, ¿cómo te llevas con tu niña interior?

No sé, piénsalo, ¿estás donde quieres estar?, ¿qué es aquello que hace ruido dentro de ti?. En el fondo, todas lo sabemos. Cuando un anhelo nos llama a la puerta, es difícil continuar sin hacer nada al respecto. La vida puede continuar, seguiremos avanzando o mirando para otro lado, pero, tarde o temprano, esos asuntillos pendientes vuelven a llamar a la puerta.

Y, ¿si resulta que la vida va de eso?, ¿si se trata de ir avanzando en la dirección que marca esa niña que todas llevamos dentro?. Esa que te recuerda que un día dejaste a medias una sueño por cumplir, o algo por intentar. Esa, que pase el tiempo que pase, te recordará el camino que un día dejaste abandonado.

Es inútil tratar de engañarla, tu niña interior no va a dejar de darte golpecitos en el pecho hasta que, al menos, la escuches.

Seguir el camino del alma, o escuchar a tu niña interior es la única manera de acercarte a tu esencia y a la vida que, en realidad, es para ti. Sin embargo, escucharla trae a veces muchos quebraderos de cabeza, sobre todo, cuando, sin saber cómo o por qué te has desviado del camino. Entonces, descubres que para redirigir tu ruta -al igual que sucede con el GPS- te toca desandar lo andado y modificar la dirección.

Redirigir la ruta no implica que vaya a ser sencillo. Muchas veces, sucede todo lo contrario. Puede implicar dejar atrás viejas estructuras, que lejos de alinearnos con nosotras mismas, nos alejan. Por otro lado, tampoco podemos asegurarnos que, cambiando todo, nos volvamos a encontrar a nosotras mismas.

Resulta que la vida va a tratarse de eso, de tener el coraje de trascender los miedos que nos separan de SER la persona que deseamos SER.

5 formas para dejar salir tu niña interior

Si te has pasado años sin haber escuchado a tu niña, puede que la comunicación, al principio, resulte muy complicada, pero merece la pena dejar que se exprese y te guíe. Nadie mejor que ella sabe lo que te conviene de verdad. Si la coges de la mano, nunca vas a hacer el camino sola, por muy difícil que te parezca recorrerlo. Te propongo 5 maneras para comunicarte con ella:

1. Recorre tu infancia mediante fotos.

Recopila todos los álbumes de tu infancia que tengas por casa. Observa a esa niña, la expresión de su cara, lo que desfrutaba haciendo. Trae a tu mente aquellos momentos que hoy parece que has olvidado. 

2. Recupera las actividades que disfrutabas hacer.

Recuerda aquellas cosas con las que disfrutabas de verdad, aquellas en las que el tiempo se te pasaba volando. Trata de volverlas a practicar hoy. Tu niña interior dará saltos de alegría cada vez que le lleves de vuelta a esos momentos. 

3. Pon en marcha los sueños que has dejado de lado.

Si de pequeña soñabas con ser una excelente carpintera, preguntante por qué abandonaste ese sueño y qué es lo que te impide llegar hasta él. Puedes empezar a dar pequeños pasos que te recuerden que vas en esa dirección. Por ejemplo, puedes empezar por apuntarte a un curso de talla de madera, o aprender de forma autodidacta.

4. Presta atención a tus emociones y déjalas salir. 

Es una lástima, pero tu niña interior no se manifiesta con palabras. La mejor manera en que puedes dejar que se exprese es escuchando a tu corazón. Cada vez que algo en ti te despierte una emoción, es ella tratando de decirte algo. No la reprimas, déjala que salga y se exprese -especialmente si te has pasado años sin dejarla salir- . Las emociones son la mejor manera de hacernos llegar hasta ella. 

5. Si es necesario, redirecciona el camino. 

Vale, sé que lo habrás escuchado un millón de veces, pero tiene su sentido, ¿no te parece?. Enfrentar, asumir y trascender.

Enfrentar las decisiones que una vez tomaste.

Asumir quién de verdad eres.

Trascender las barreras que te impiden simplemente SER. 
Y bueno, tu niña, una vez que aprendas a escucharla, no va a dejar de hablarte -en realidad, no lo ha hecho en toda tu vida-. Cuando decides emprender este camino…es ya difícil hacer oídos sordos. Ella se encarga de pedirte todo lo que le hace feliz. -Me estoy poniendo muy profunda, pero, al fin y al cabo, esa soy yo… “más profunda que un ardor”, que diría una gran amiga mía-.

Mantener a esa niña interior bien alimentada, es nutrirla de buenas experiencias, buenos pensamientos, buenas emociones y buenas personas. Es -ni más ni menos- como ser madres de nosotras mismas. Esa niña está a tu cuidado, y depende absolutamente de ti darle cada día lo mejor para que sea cada vez más fuerte y feliz.

La relación más importante de tu vida es con ella. Si no la aceptas, si no la reconoces y si no la mimas, nadie lo va a hacer por ti.

Y bueno, es este descubrimiento el que me empuja a escribir estas líneas. Conocer a esta niña, escucharla, atenderla y entenderla es el trabajo más importante que venimos a hacer aquí, ¿no te parece?. Relacionarte con ella es un nuevo punto de partida y una oportunidad para guiarte por ti misma y dejar de depender de la opinión de los demás. 

No hay nada que empodere más que reconocer que llevamos dentro una brújula que siempre sabe por dónde es el mejor camino.

Un fuerte abrazo, 

Fuente: este post proviene de El camino es hacia dentro, donde puedes consultar el contenido original.
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