Hasta hace relativamente poco, unos años atrás, estas personas no podían salir a la calle a dar un paseo, pues dependían de una bombona de gran tamaño y les era completamente imposible. Pero, gracias al enorme desarrollo que ha tenido la tecnología en este campo, se han podido diseñar y crear dispositivos portátiles que han dado una enorme calidad de vida a estas personas.
Estos dispositivos son una solución ideal para uso en interiores y exteriores, ya que permiten a los usuarios mantener su movilidad y seguir recibiendo la terapia necesaria. Son fáciles de usar y cómodos para permitir una movilidad completa.
¿Cómo funciona el concentrador de oxígeno?
El funcionamiento de un concentrador de oxígeno es el siguiente: la máquina aspira aire y ese aire viaja a través de un compresor que contiene un conjunto de filtros que mejoran la calidad del oxígeno que respira el paciente.A través de este dispositivo, el paciente recibe el oxígeno con una cánula nasal o mediante mascarilla, mientras que el concentrador aporta el oxígeno continuamente en pequeñas ráfagas o dosis de pulso cuando el paciente inhala.
El suministro del aire depende de la frecuencia con la que inhala el paciente y de la cantidad de oxígeno que haya ingerido, lo que asegura que se entregue la cantidad de aire necesario en todo momento.
¿Quién lo necesita?
Toda persona que poseen un padecimiento en el que se presenta disnea (dificultad respiratoria) como EPOC(Enfermedad pulmonar obstructiva crónica), fibrosis pulmonar, neumonía y enfermedades neuromusculares frecuentemente necesitan el uso de oxígeno a través de un concentrador de oxígeno como una herramienta en su proceso respiratorio.
¿Cómo se consigue un concentrador de oxígeno?
Hasta hace unos años resultaba engorroso querer adquirir concentradores de oxígeno pues solo se podían comprar en el extranjero, pero, hoy en día son muchas las empresas que se dedican a comercializar este tipo de equipos en España.
¿Suponen algún riesgo para la salud?
Los concentradores de oxígeno son aparatos seguros, pero deben ser revisados periódicamente. También es necesario que dispongan de una alarma ante una eventual caída de la concentración de oxígeno.
Un primer paso para garantizar un uso seguro del concentrador es leer detenidamente su manual de instrucciones y colocar el concentrador de oxígeno alejado de la humedad y de fuentes de calor.
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