Somos algo más que nuestra historia

Somos algo más que nuestra historia, pese a que hayamos vivido cosas que nos hayan marcado para siempre.

Existen momentos y circunstancias, en los que vivimos episodios que nos generan tristeza o rabia porque en el pasado nos la generaron.

Imagina por un momento, una situación triste o traumática que viviste cuando eras un niño.

Puede ser aquella donde tu padre, enfadado por algo que hiciste, te prometió que no te iba a pegar si abrías la puerta, pero en cuanto la abristezas! Ostión al canto.

Y sí. Si te estás preguntando porqué he escrito esto, es porque lo viví en más de una ocasión en casa. Pero somos algo más que nuestra historia personal.

Cosas que pasan

Sobre todo cuando la educación emocional y mental era pobre y además estaba envenenada con emociones y pensamientos de por medio.

Sinceramente pienso que nuestros padres nos educaron como buenamente pudieron con lo que supieron o pudieron tener oportunidad de saber.

Mi padre es una persona humilde con un corazón enorme y un ejemplo de lo que significa ser una persona bondadosa, que ha trabajado toda la vida ,y quizá esta era la única manera que él conocía para hacernos llegar como había que comportarse.

A él seguramente le educaron así también

Por suerte, no era yo casi nunca el blanco de sus enfados “justificados”, sino mi hermano mayor. Una situación que al recordarla ahora, me genera pena cuanto menos.

Dicho esto, en ese momento aprendí que no puedes fiarte de que alguien te diga que le abras la puerta sin más. Aprendí que es mejor asegurarse de las verdaderas intenciones de la otra persona y desconfiar.

Quizá, eso haya hecho que me cueste confiar en las personas y que a veces sienta recelo de las personas que se acercan a conocerme, ya que me doy cuenta de como aparecen en mi mente pensamientos que tratan de mantenerme protegido.

Al fin y al cabo, tengo excusa porque a todos nos han dicho que no abramos la puerta a extraños cuando éramos pequeños, ¿verdad?

¿Quién eres?

Bromas aparte, dedica un minuto a pensar en aquellas cualidades que crees que te definen. Adelante. Incluso puedes anotarlas en papel. Escoge cinco palabras que creas que representen tu manera de ser.

Si te ayuda, pregúntate qué diría de ti tu mejor amigo si le preguntase acerca de las cinco cosas que más le gustan o que más orgulloso le hagan sentir de ti.

Vamos a imaginar, que decimos algo así como que somos simpáticos, sinceros, fieles, respetuosos y amables. Que estas cosas son cosas que nos definen.

Si ya tienes en mente esas cualidades, ¡genial! Ya nos hemos creado una historia basada precisamente en lo que creemos que generan nuestras actitudes y de lo que los demás nos dicen que somos, o al menos que aparentamos ser.

Ahí está. Nuestra propia visión de cómo somos.

Ahora, solo queda salir ahí fuera y serlo. O si ya lo somos, pues simplemente será cuestión de mantenerlo. Así parece que funcionamos ¿no?

Cuando cambian las tornas de lo que se supone que somos

Pero todos tenemos días malos.

En algún momento no somos como se supone que deberíamos ser y nos mostramos apáticos, vergonzosos o distantes con las personas que queremos sin encontrar una explicación demasiado lógica.

A veces, salen noticias en televisión de hombres y mujeres que aparentemente se querían mucho según los vecinos entrevistados por los reporteros pero inexplicablemente para todos, él acaba con la vida de ella “sin razón lógica para ello” (si es que existen razones para justificar una muerte de cualquier índole).

A los meses, se descubre que el hombre que mató a su mujer fue abandonado por su madre cuando tenía diez años y su hermana no le hablaba desde la mayoría de edad.

Aquí sí, parece que ese hombre colérico y quizá herido emocionalmente por sucesos traumáticos pasados, hizo honor a su propia historia.

Por eso somos algo más que nuestra historia.

Porque si lo que somos es producto lo que hemos experimentado, entonces nos estamos perdiendo todo aquello que podríamos ser por el simple hecho de no haberlo vivido todavía.

Es decir, si nos quedamos con los pensamientos y las emociones que nos causaron dolor, miedo o frustración en el pasado
¿cómo puedes estar tan seguro de lo que eres?

Es más, si ya has vivido ciertas cosas y guardas ciertos pensamientos y recuerdos que no te están siendo de utilidad a día de hoy para relacionarte contigo mismo

¿Cómo puedes estar tan seguro de que eres así y de que no hay más allá de eso?

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