SINDROME DE PROCUSTO

Seguro que conoces a más de uno que siente desprecio por el amigo que más sobresale de su grupo, que es incapaz de reconocer como válidas las ideas de otros o que hace ese gesto de odio por su compañero de trabajo cuando lo felicitan por haber sacado adelante aquel proyecto tan complicado… Personas de este tipo las hay por todos lados: en el instituto, en el trabajo, en tu grupo de amigos o incluso en tu familia sin ir más lejos. Lo que les caracteriza tiene nombre y se llama Síndrome de Procusto.

¿Quién era Procusto?

Para conocer a los Procustos y Procustas primero es necesario saber su origen. El Síndrome de Procusto recibe su nombre por el mito griego de Procusto, hijo del dios Poseidón. Este ser ofrecía hogar y un trato amable a los viajeros solitarios en su casa de la colinas proponiéndoles pasar la noche. Mientras estos dormían los ataba y comprobaba si eran de diferente tamaño a la cama de hierro en las que se encontraban. Si los viajeros sobrepasaban el tamaño de la cama, les cortaba todo lo que sobresalía y si por el contrario, no se ajustaban les rompía sus huesos a martillazos con el fin de estirarlos. En resumen, su única intención era ajustarlos siempre a las medidas de su cama.

El mito de Procusto refleja por un lado, la tendencia a la uniformidad y la rigidez mental que tienen algunos ante aquello que es diferente y por otro, la apariencia amable y cálida que oculta tras de sí un sentimiento de malestar o conflicto. Por lo que ¡cuidado!

Presentando a los Procustos

Los Procustos y las Procustas son aquellos que tienden a rechazar a las personas que tienen características diferentes a las suyas por el mero hecho de sentir miedo a ser superados o cuestionados por estos. De modo que cualquier aspecto que desafía su uniformidad les violenta porque son intolerantes a las diferencias. Algunos condenan tanto el talento y el éxito de los demás que son capaces de poner en marcha cualquier tipo de estrategias para coartarlos e impedir que sigan brillando, rozando los comportamiento tóxicos.

Este tipo de personas se frustran por casi cualquier cosa y sobre todo si no está bajo su control, teniendo su autoestima por los suelos. En ocasiones, esta desconfianza hacia sí mismos procede de haber vivido situaciones traumáticas o estresantes que los han llevado a dudar de sus capacidades, por lo que cualquier persona que consideren potencialmente superior no les resultará agradable. Aunque también ocurre todo lo contrario: Procustos narcisistas que sienten una profunda envidia cuando otros son venerados…

Como ves ya sea por una razón u otra, suelen carecer de esa habilidad de ponerse en el lugar de los demás mientras que son adictos a los juicios rápidos e intransigentes hacia todo aquello que no cumple con sus “ideas”. Los Procustos y las Procustas creen tener la razón absoluta.
Ahora bien, se distinguen dos tipos de Procustos: aquellos que de manera consciente van a por la persona que les hace sentirse amenazados, como ese amigo que desacredita en público los éxitos de otro o que le intenta poner en ridículo, y aquellos que piensan que su punto de vista es el correcto y que los demás tienen que adaptarse a ello, como un padre rígido que no da opción a sus hijos a p

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