Síndrome de ceguera auto-inducida. Los síndromes del fisioterapeuta 3


Hay un refrán castellano que dice algo así como: “no hay peor ciego que el que no quiere ver”. Para entender mejor cómo se puede aplicar este refrán a la fisioterapia recurriré a un cuento Sufí que leí hace unos pocos días.
 
 
 
 
Había una vez un hombre buscando por el suelo debajo de la luz de un candil unas monedas que se le habían caído. Un buen samaritano se prestó a ayudarle,
 
-”¿dónde se te han caído las monedas?” 
-El primero le contestó: “ por allí, en esa zona oscura”
- ¿y por qué entonces buscas aquí?
- A lo que el hombre le contestó:  “porque aquí hay luz”.
 
¿Buscamos las respuestas en el lugar adecuado?
Cuando nos preguntamos por las causas de un determinado dolor a nivel músculo-esquelético ¿Dónde buscamos las respuestas?
 Yo mismo durante años y la gran mayoría de fisioterapeutas hoy en día buscan las respuestas en el ámbito donde les han enseñado, donde están acostumbrados, por lo tanto donde es más cómodo, ”donde hay luz” , es decir en el ámbito postural y mecánico donde todo es más evidente ponderable y objetivo. Evidentemente los factores posturales y mecánicos, el sedentarismo o el exceso de ejercicio, son factores causales de muchos problemas pero son un factor mínimo en otras muchas ocasiones. Sabemos que en muchos problemas de espalda, el estrés y otras alteraciones emocionales pueden ser un factor causal importante pero es más cómodo mirar para otro lado.
Se aplican los mismos tratamientos que si las causas fueran únicamente traumáticas o micro-traumáticas, nos seguimos engañando haciendo lo mismo por comodidad y costumbre, trabajando donde hay luz aunque en ocasiones resulte  absurdo, como el señor del cuento Sufí.
Unos ejemplos:
 Paciente diestro, sin actividad laboral que implique la mano, sin traumatismos previos, y diagnosticado de epicondilitis izquierda de seis meses devolución.
Mujer de 25 años, profesora, durante varios años padece ciáticas derechas durante la la menstruación, con los años el cuatro empeora y en la resonancia se confirma una hernia discal y lumbar L5-S1 derecha. Sin traumatismos previos.
Hombre de 40 años, médico y experto en salud laboral y ergonomía. Hernia discal cervical C5-C6 izquierda. Sin traumatismos previos.
Pero el fisioterapeuta con ceguera auto-inducida prefiere no ver los casos que no entiende, si algo no está evidenciado no existe, (como un niño cuando se tapa los ojos y piensa que los demás no le ven) prefiere dedicar sus esfuerzos en saber muy bien el plexo braquial  (¡que está muy bien!) y hasta el más mínimo detalle de la anatomía de la columna cervical,( ¡perfecto sin duda!) pero sin embargo prefiere no saber nada de los factores que influyen y provocan patología sobre la columna cervical más allá de los efectos perniciosos de ciertas posturas. En muchas ocasiones se consuela poniendo la etiqueta de “idiopático”.
Habría que recordarle una recomendación de  Johann Wolfgang Goethe  que dice algo así como: “si no pretendiéramos saber todo con tanta exactitud, puede que conociéramos mejor las cosas”.
Pero para eso hay que tener la valentía de arriesgarse  a ver los problemas se salud desde una perspectiva diferente aunque al principio no se comprendan

 



Roberto Junquera Landeta

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