En nuestro día a día no hace falta que reparemos en este movimiento automático, pero de vez en cuando podemos practicar la "respiración consciente".
Podemos hacerlo simplemente como meditación, cuando practicamos pilates o queremos cuidar nuestro suelo pélvico. Aunque existen distintos tipos de respiración, he elegido una que me parece la más apropiada, la respiración diafragmática.
Para empezar centraremos la atención en las costillas inferiores. Haremos la inspiración por la nariz "abriendo" o ensanchando esta zona de las costillas y soltaremos el aire por la boca "cerrando" o estrechando esta zona. La imagen mental que podemos utilizar es llenar los pulmones de aire desde abajo a arriba, como si llenáramos una botella de agua que se va llenando desde el fondo hasta la boca de la botella. Podemos notar la sensación de apertura o cierre de las costillas inferiores colocando las manos en esta zona como en la foto:
De esta manera movilizaremos el diafragma y esto aumentará la motilidad y vascularización de los órganos abdominales. Muchas personas tienen este músculo espasmado debido al estrés o una respiración puramente torácica.
Durante la respiración intentaremos no abombar el abdomen, sobre todo durante la espiración, cuando la tendencia a sacar la tripa hacia afuera es mayor. Esto nos ayuda a cuidar nuestro suelo pélvico ya que mantenemos el músculo transverso del abdomen activo.
Esta respiración se denomina diafragmática y es la que se utiliza en la práctica del pilates y los ejercicios hipopresivos. Podemos hacerla en estas prácticas deportivas o simplemente como ejercicio de meditación, observando las zonas que se activan de nuestro cuerpo al realizarla, centrando la atención en la entrada y salida del aire.
Irene Estébanez Aramendía
Fisioterapeuta Col.588 ICOFCV y Osteópata C.O.
C/Colón, 22-2F (46004 Valencia)
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